El deseo implícito de una mente desquiciada.

Per me si va ne la citta’ dolente,
Per me si va ne l’eterno dolore,
Per me si va tra la perduta gente.

Giustizia mosse il mio alto fattore:
Fecemi la divina potestate,
La somma sapienza e ‘l primo amore.

Dinanzi a me non fur cose create
Se non eterne, e io eterna duro.
Lasciate ogni speranza, voi ch’entrate.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Lee. No leas. Ama.




He vivido mil vidas y otras tantas muertes. No he vivido ni una vida, tampoco una muerte. No sé de donde vengo, ni adónde voy. No sé quién soy, ni qué seré. No sé cuánto sé. A veces soy un sabio, otras un ignorante. No sé si sigo vivo o estoy muerto, cuando me vuelvo a despertar soy el mismo y he cambiado. Me estoy muriendo desde que he nacido, empezaré a vivir cuando deje de existir. Nada me separa del vacío, sólo un paso y ya es caída. Estoy encerrado en una mente y no encuentro la salida. Deseo por aburrimiento no por necesidad. Sé qué decir y no me salen las palabras. No sé qué decir y no tengo palabras. Soy todo. No soy nada. Me aniquilo en mi ser. Soy Dios. Estoy muerto. Todo es sencillo pero todo requiere esfuerzo. El sacrificio reside en entregar el alma a un proyecto del que no se sabe el final. En mi corazón amo al mundo y me odio a mi mismo, o tal vez al contrario. La perfección es mi ideal de vida a pesar de que es realidad de muerte. Camino mientras corro en el infinito espacio de mi mente. Mis palabras son el borbotar confuso de mi alma dormida, el gorjeo  hambriento de la inteligencia apagada. Yo soy el conflicto. Soy la casualidad que se niega a sí misma. Nunca debí existir. Nunca volveré a existir. Los hechos son voluntad incumplida y deteriorada. El fuego no quema porque no existe el dolor para quien sabe vivir. Es todo mentira. Los hombres dicen que mienten y es verdad. El frío es la ausencia de calor, el calor es energía, la energía es vida. Estoy ardiendo como un volcán helado en mundos que solo alcanzo a imaginar. Quiero pero sin querer hacerlo. Saborear la belleza es imposible, simplemente se la observa, como al reflejo en un estanque. Tengo el poder de cambiar el mundo. Tengo el poder de cambiarme a mí mismo. Yo soy el mundo. Mi muerte es su muerte. Cada mundo es independiente. Mi muerte no importa. Quiero vivir en brazos del amor. Cuando algo se hace amando no puede estar equivocado. No me puedo equivocar si amo, amo, amo, amo, amo al mundo. Amo el tiempo, amo el dolor, amo la muerte, amo el odio, amar, amar, amar. Estoy completamente loco. Mis dedo escriben lo que quieren, mi mente es un libro abierto, mis mejillas un futuro mar de lágrimas. No sé por qué. Esto es íntimo, pero da igual. Porque amo. Esto es insignificante. Que lo sea, ni a mi me importa. Todo está dentro de mí. Solo son palabras, palabras que no explican nada. Es un vórtice, un vórtice, y yo en el centro. Los sentimientos se estancan. Quizá solo necesite a alguien que me escuche. Doy pena. No quiero dar pena. No doy pena. Solo me incumbe a mi. Nada importa y todo es importante. Las dos cosas son ciertas y ambas se niegan una a otra. Todo es cierto y todo es mentira. Nada es más falso que la muerte ni más verdadero que la vida. Podría ser al contrario. Es al contrario. El relativismo, esto es relativismo, me doy cuenta. Te das cuenta. Sí, tú, te das cuenta, estás leyendo esto. Te amo. Soy demasiado raro. No más que las demás personas. Soy sensible. O tal vez no. No existen las preguntas cuando todo es posible. No hace falta preguntar. Tengo miedo a la muerte. Tú también. Solo quiero desaparecer, sin más. Solo quiero vivir la vida como nunca he vivido. Soy una persona normal. Debo decirle a la chica que me gusta que la amo a ella también. Lo entenderá. No lo entenderá. La perderé. No la perderé. Estoy hecho para amar. Amando se vive, amando se vive la vida y no se la malgasta. Si amo lo que me sucede, si amo lo que hago: vivo. Me siento vivo porque amo. No me equivoco.
Dios está en tus labios. Estoy rematadamente loco. Sé lo que digo. Eso me asusta aún más. Estoy en algún lugar de mi cabeza. Sí, estoy ahí. Ahora te hablo a ti. Escucha: un sabio me dijo una vez: ama hasta que te duela y si te duele, sigue amando, porque la vida es amor, la vida es amar. Si no amas estás muerto. Como yo. Acabo de resucitar. Tal vez ahora vuelva a vivir. Me conozco tan poco a mi mismo que probablemente me equivoque. Pero me da igual. Si el error te lleva a la muerte es lo mismo que si te lleva el acierto. 

(Publicado sin revisión. Da lo mismo.)

domingo, 6 de noviembre de 2011

Un mundo extraordinario

El mundo me parece extraño cuando lo miro con detenimiento. Esto sucede, a veces, cuando camino por las calles de mi gris ciudad, Madrid. Un fugaz latigazo sacude mi pensamiento, lo corta y lo detiene dejando paso a una visión universal que nace en alguna parte de mi conciencia. Detengo mi paso y, en un parpadeo, logro ver lo singular y extraordinario de cada momento que vivo y que, no sé por qué, desperdicio. 
Otras veces me lo recuerda una mirada de una chica desconocida, blanquecina pantalla donde precipitan universos en la brillante pupila ¡Qué miradas! Y yo estoy ahí para captarlas, la rareza, la extremada delicadeza de ese momento, se hace mío. Entonces pienso, cuando el hechizo desaparece, que el mundo es tan vasto, que hay tantas personas,  tanto tiempo pasado y por pasar, tantas situaciones como granos de arena en las playas, como átomos en el universo, que esa mirada durante breves instantes fue toda mía, durante una pequeña eternidad. Por causalidad o por casualidad nuestros ojos se encuentran una vez, y luego vuelven a perderse en la vida sin volver a encontrarse. 
¡Qué insignificancia! Es tan excepcional existir en este instante... Cuanta belleza, cuanto amor hay en el mundo, está ahí, en todas partes, dentro de mí, en la Vida.
En esos momentos, cuando recuerdo que no soy NADA comprendo dimensión real de la existencia y el valor de atreverse a vivir.
No soy nada de nada, algo que se agita en la inmensidad de la nada, nada me impide hacer lo que deseo porque no hay autoridad cuando nada importa y todo sueño es posible.

martes, 18 de octubre de 2011

Desfile del 12 de Octubre

Ensalza la patria y el poder militar
chiquitín, alégrate, eres español,
has de estar orgulloso, es tu nación,
aclama a las tropas que la han de guardar.


Porque- pon atención- el enemigo
está al acecho, esperando el momento
de acudir en armas desde el desierto,
sin de su violencia dejar testigo.


Observa: soldados, tanques, aviones;
con bombas velan por tu seguridad
al mando del mayor de los Borbones.


No sientas alguna culpabilidad, 
que, cuando el fragor de la guerra truena,
solo perecen figuras de arena.

martes, 11 de octubre de 2011

Instante


Fue tan solo al ver
la arrugada 
silueta de
una hoja a la
luz roja de
un tardío 
amanecer
que sentí:
Otöño;
a la vez que
un suspiro
largo              largo:
un Invierno y
ya es Abril.

lunes, 3 de octubre de 2011

Geometría plana (o no tan plana)

Un círculo
a mitad partido
dos triángulos
en este comprendidos
cuatro letras
A B C D
varios ángulos
distintos modos
de entender.

viernes, 30 de septiembre de 2011

Senex

Saliste a cazar burbujeantes 
espumarajos de violenta estupidez,
patriarca, sin lanza y en cabestrillo,
no hay peligro para ti; entre 
gentes extrañas haces amigos
de posada, que no sirven 
para nada; senilidad en ristre 
saliste por la puerta pensando: 
''Ahora no necesitas correr 
para evadirte''. Si en el abismo de cristal 
ya no queda sino el olor del
repugnante licor; quisiste huir
de tus problemas, simples rumores
pero ya crecieron en la imaginación
tuya y te muerden y arrancan 
voraces y sin tiempo ni sentido
el espíritu, contentos con matarte
como el otoño las hojas.


Apareces cada día arrugado
con la expresión de desprecio 
cincelada en tu rostro, espejo
del alma consumida y quemada
inflamada purulenta reventada
y los ríos de amarga miseria
que¡Ah! Tú mismo creciste,
arrasan rápidos los recuerdos
arrastrando raudos rocas 
que chocan chocan y chocan;
saliste a cazar para ti
devorado por los demonios,
dando por hecho que los demás
el hambre ni sienten ni padecen,
el miedo, el desamparo; díscolo 
escapaste de tus limitaciones
renegando tus virtudes,
entregándote a tus vicios,
separando tu estela de la principal
hacia densas nieblas y huracanes
donde tu pista se pierde entre
las enfurecidas mareas ''¡Capitán!
¡Perdiste por entero el rumbo!
¡Adónde navegas ya no sabes!
Porque no eres capaz de distinguir
las estrellas en los ojos suplicantes
de los futuros dioses.'' 


Errante vagabundo capitán,
merodea entre la niebla rodeado 
de espumarajos a babor, a estribor,
incluso en el fondo de su copa
mientras su tripulación naufraga
entre las amargas lágrimas del alcohol.

domingo, 25 de septiembre de 2011

Fui tu confidente

Entrando en   las estancias


espaciosas del   recuerdo


encontré el   regalo


intensamente  amado


el sentimiento  infantil


de algo ya   pasado


suave de  inocencia


tenue la  melancolía


antes era  alegría


pésame por  la ilusión


saludando a  la esperanza


                 arriba 


una mano   


                 abajo


como diciendo  adiós


miércoles, 21 de septiembre de 2011

Poema (de nombre inmerecido)

Ahora resulta una liberación,


como el más hondo respiro


y su consiguiente espiración


el estar aquí, sentirme vivo


en las vacías palabras,


huecas como el alma que dicta.


Vivo en la ilusión de la vida,


envuelto en el velo de Maya


y(¿Quién lo diría?)agradable


a los sentidos es la caricia


de lo inexistente, lo irreal


¿Por qué no hacerlo?


Ese sumergirse en lo hondo,


si antes el Todo inundó los pulmones


¿Qué diferencia la más importante


decisión de la insignificante?


Y, los límites ¿Quién los dicta?


La vida se saborea pocas veces


si no se abraza con los sentidos


de quien no olvidó que se trata


de un simple juego...


Qué importa la forma,


de este, mi escueto testimonio,


sentimiento plasmado,


del alma, a la mente,


hasta los mensajeros de la identidad.


Que la juzgue quien no sepa,


que la juzgue quien no entienda,


que, a veces, no se piensa con la mente


ni  (no) se razona con el corazón


porque algo más amplio


inunda la morada del joven ánimo


y parece que se expande


hasta las infinitas raíces de las entrañas


queriendo unirse al mundo.


¿Qué importancia tiene todo esto


para quien haya comprendido


lo que se vislumbra tras el telón


y se oculta entre bastidores?

lunes, 19 de septiembre de 2011

Canción de (des)amor [2010]


La dulce melodía de tu alma, oh

es tan pulcro ese declinar armonioso de tu voz

un timbre simple en su compleja dejadez

una nota de colorida ignorancia en este páramo

pero no es hoy el día

porque la noche se acerca

y no es tu luna la que resplandece en el cielo

sino mi sol el que permanece apagado

Aguarda, espera al amanecer,

el ocaso acaba de empezar,

Aguarda, espera al amanecer,

el ocaso acaba de empezar.

No son mías las manos que hoy te acarician,

están tejiendo el destino que aguarda tu sonrisa

no son mías las letras que mis dedos entrelazan,

son tuyas las palabras que aguardan en mis labios

Sublime es la luz de luna,

pero se eclipsa en tu presencia,

y solo mis pupilas captan cada detalle dibujado en tu rostro,

y solo mis dedos acarician lo que otros definieron invisible,

Pero hay tiempo, descansa,

el amanecer esta lejos,

Pero aun falta, duerme,

el ocaso no ha acabado.

No te precipites, aquel que busca encuentra,

el delirio no te muestra el camino,

ni la desidia el tutor adecuado,

en la negligencia se encuentra lo diabólico,

que es venerar aquello inacabado.

¿Pero donde reside la idea de la perfección?

Quizá en tu belleza turbadora,

en tus profundos pozos grises,

quizá en tu muerte y en la mía,

o en nuestra corta vida.

Acércate, la noche es larga,

y la vida corta,

Muéstrate, hay tiempo,

dame la certeza de tu existencia.

Pero solo mientras las estrellas espíen nuestros corazones,

y nos rocíen las tenebrosas tinieblas,

y sus oscuras auras, son negro azabache.

Pero solo mientras el dolor permanezca oculto,

y no aflore la duda en nuestras mentes,

y no se siembre el terror en nuestras almas.

Solo mientras el amanecer esté lejano,

habrá cabida para nuestra existencia.

martes, 13 de septiembre de 2011

Concienci(a)uda Epístola


Estimada conciencia,
                               
                                  he comprendido que para ser único e individual he de ser primero uno con el mundo. Sé que muchas veces lo has escuchado “uno con el todo” sí, parece sencillo. Pero yo no me siento identificado con el cemento que forma los edificios, con el suelo que piso, con el olor a gasolina. No, no me siento uno con todo eso, luego me doy un paseo hasta el parque más cercano donde me siento descalzo a la vera de un eucalipto y ahí descanso la mente, escuchando el sonido de la vida que la humanidad ha enterrado. El trino de un pajarillo negro y blanco, el familiar sonido de las palomas, la caída initerrumpida de millares de gotas de agua cayendo de un remanso a otro unos metros más allá... el constante repiqueteo de las hojas en el azul del cielo, la fragancia del eucalipto que miro fijamente... Uno es el resultado, una misma fuerza que lo mueve todo, que le da vida y que hace que sea maravilloso. Me mueve a mi también, pero creo que la ignoro, es como cuando tienes algo en la punta de la lengua (y tú nunca, querida conciencia, lo has tenido) y por mucho que lo intentas no lo recuerdas, aunque notas el regusto familiar de algo que está tan cercano, tan familiar, aunque lo sientes, lo percibes ahí, tan, tan, tan extrañamente tuyo y personal, casi como un secreto que no quisiera ser revelado... y, de golpe ¡Lo tienes! Durante un segundo se insinúa en ti, conciencia, pero lo olvidamos, lo olvidamos... y entonces esa sensación tan triste, de derrota, fracaso y abandono nos envuelve... La unidad me rodea, sí, es mía y yo soy suyo y aún así, no la logro abrazar ¿Entiendes acaso lo que eso significa para mi? Imagínate encontrarte en el séptimo cielo, en el paraíso que prometen las religiones... ¡Y estar ciego! ¡Y estar sordo! ¡Y no sentir, ni oler, ni gustar! ¡Saboreo la vida como aquel que carente de papilas gustativas es incapaz de distinguir una comida excelente de una pésima excepto por el aspecto! El eucalipto, el pájaro que trina, el riachuelo que fluye, el cielo azul, las hojas verdes, el mundo dorado... ¡Se reducen a simples desconocidos! Yo, yo... Ego sum... ¿Soy qué? ¿Acaso individual, acaso diferente de la tierra que piso? Si la tierra me pisase a mi sería lo mismo, un dolor atroz y luego nada más, lo mismo... ¡Tú, sí, tú, se que estás leyendo esto a la misma vez que yo lo escribo! ¡No lo aceptas! ¡Estúpida! ¡Egoísta conciencia! ¿Por qué no me crees? Te estoy dando un valioso consejo y tu haces oídos sordos... Tú no me escuchas, no me quieres entender... No quieres ahorrarme el dolor de sentirme solo y aislado cuando soy de la misma sustancia que el resto del creado. Si reconocieses eso ahora olvidarías todos los miedos que guardas atesorados en tu interior ¡Como si fuesen a salvarte! Tienes miedo de cambiar, lo sé, pero hagas lo que hagas, recuerda que es lo mismo, que aunque cambies sigues siendo tú, que aunque escapes a la cárcel donde los prejuicios cierran tu salida y tus fobias son las cadenas que te atan seguirás siendo una, inseparable del todo pero única en su seno, como las chispas de una hoguera, son diferentes unas de otras pero forman parte de la misma hoguera. Compréndelo tú también, yo ya lo hice, pero para asimilarlo tú debes aceptarlo. No soy nada sin ti, querida, ya lo sabes.
Somos uno con el todo, y nuestra vida es simplemente la manifestación de una sola forma, una sola posibilidad entre infinitas, así que es una casualidad, mera casualidad que yo escriba esto... y que tú lo leas antes que se pierda en la informe masa del tiempo sin tiempo y del retorno infinito.

Vale.

sábado, 10 de septiembre de 2011

"Tertulimentarios".


Escucho discursos por todas partes. Largos discursos elaborados con el propósito de convencer al oyente. Unos dicen: Debemos salir de la crisis con disciplina y austeridad, blah, blah blah blah. Palabras, simples estructuras en las que el significado queda olvidado, se vuelve algo secundario y cobra importancia el tono con el que se pronuncian palabras como << economía sólida >>, << solvencia >>, << nación fuerte >>  ;... Otros hablan:  Es importante crear puestos de empleo, cosa que no ha hecho el anterior gobierno, blah, blah blah blah (y tantos cómo palabras en el discurso)
Es una mera cuestión de estética: sustantivos que adjetivados convenientemente crean la imagen del Edén financiero o social, soluciones que se construyen como castillos en las nubes. Hipocresía, estupidez, charlatanería... Demagogia. Por todas partes sus construcciones verbales nos asedian, en la televisión, en la radio, en la prensa... Se nota que los estudios sobre política que cursaron incluían una gran cantidad de horas de “elocuencia” o “hablar en público” (nombres que enmascaran otros sustantivos como “falacia” o “mentir en  público”).
Estos políticos de pacotilla se piensan que son imprescindibles, se creen invulnerables. Incluso parece que son buena gente, con una conciencia y todo ¡Já! No dudo que todos los seres humanos tengan un mínimo de sentido común, mas está claro que si permiten que 45 millones de personas (solo en nuestra amada patria, tierra de botellas del Tio Pepe, patas de cochinos y toros osbornenses) se hundan más rápido que lento en la mierda de la élite mundial... no me parece que los políticos mismos sean dignos de un mínimo respeto. Pero no solo permiten que la sociedad se hunda, además se creen con derecho a seguir en su imaginario trono parlamentario-senatorial mientras todo esto sucede diciendo: << La cosa está muy mal, debemos crear medidas para que los mercados se sosieguen>>. (Y callando): << ¿Cuántas familias lanzaremos hoy a las fauces del capitalismo? Es igual, hay suficiente carnaza>>.
¡Que tengan la decencia de abdicar, no ya dimitir (porque esto no se parece en nada a la democracia y, si se le parece o lo es, es igual que una dictadura, una oligarquía)! No, que va ¿Para qué? Si se va uno siempre hay otro para suplantarle. Parlamentarios se llaman, deberían llamarse “Charlamentarios” o “Tertulimentarios”; Y en vez de diputados estaría mejor Imputados.
Admitámoslo, esto no es un estado de bienestar, es un estado de malestar. Unos déspotas protegen a unos sátrapas que desde las sombras se reparten el pastel y a nosotros nos tiran las migajas... mejor, nos las lanzaban ¡Porque ahora pretenden quitárnoslas! Los ciudadanos somos esclavos de sus finanzas mundiales y los que no tienen ni el estatus mínimo de ciudadanos se mueren de hambre sin que a nadie le importe. Toda nuestra basura y nuestros desechos se los echamos a los que no tienen nada, que se han acostumbrado a vivir de nuestras sobras mientras que nosotros vivimos de las sobras de los de “arriba”.
Ahora nadie sabe qué pensar, estamos inmersos en una confusión de orden titánico: no se entiende nada. Muchas personas ya pasan de largo de la política, de la economía, de todo, queriendo simplemente vivir sus vidas. Los que nos preocupamos de situación global estamos desesperanzados ya que el panorama es desalentador: (sin remilgos) el mundo entero está de mierda hasta el cuello.
Toda forma de gobierno degenera. La democracia degenera en demagogia cuando nuestros delegados dan prioridad a sus intereses o a los intereses de una élite frente a los de sus electores.
Charlatanes. Que se callen. El mundo sería un lugar mejor. Que se callen. Charlatanes.

martes, 6 de septiembre de 2011

El Dios de las masas.

Millones de almas rezando


ante la Biblia de neón;


Quizás estén esperando


alguna revelación;


Su azulado Dios hablando


no es más que una ficción,


con mil voces escupiendo 


basura desde el monitor;


El mundo que está anunciando 


es fruto de adoración,


la vida que está prometiendo


objeto de veneración;


El entero pueblo mirando


del mundo la perdición;


Si preguntas en qué están creyendo


responden: << Yo... ¡En la televisión!>>

domingo, 4 de septiembre de 2011

Contradicción.


 Es, por supuesto, la contradicción,

La dirección de nuestra vida,

La definición de nuestra alma,

Y tan triste es pensar en las palabras

De un antiguo sabio de las montañas,

Que apelan a la conciencia, no a las entrañas:

“Si no sabes lo que tienes que hacer... malo,

Si lo sabes y no lo haces... peor.”

Al escuchar la voz de la sentida,

Esa razón, hoy tan desaparecida

¿No una leve sacudida?

¿No una ligera impresión?

Entonces polvo al polvo, joven,

Polvo al viejo polvo ¿Lo ven?

Sin cerebro no, ni lo creen.

Sin corazón no, ni lo sienten.

Y aunque los gritos de los vivos

Llegasen hasta sus oídos

Seguro que pensarían

Que se trató de un error, un simple ruido,

Y no los lamentos de un universo hundido.

La luz puede resplandecer ante los ojos

De un ciego y este no la verá,

Así, de igual manera, no conocerán

Aquellos que no lo desean, ciegos

De mente y corazón,

Dementes, sin razón. 

jueves, 1 de septiembre de 2011

Cristal petrificado.

Buscar se ha convertido en una obsesión. Todos sus pensamientos se focalizan el lo mismo, en el objeto de su búsqueda, en la meta a la que quiere llegar. Se mira alrededor, no ve más que sombras borrosas y no le importa. Corre en la dirección a la que su ambición le lleva, guiado por un propósito. Podría bien caminar con los ojos cerrados, pues nada cambiaría: ahora cae por un precipicio hacia la más honda sima, donde le aguarda el dolor, ni se inmuta ¿Qué dolor? No existe ningún dolor, solo aquel que nace del de no encontrar lo que se busca en este preciso instante. Sus cabellos alborotados por el viento mientras se lanza en una loca persecución en pos de su propia demencia. Porque esta búsqueda es tan solo locura, lo sabe. Mas ¿Qué importa si lo que tanto ansía es una simple imaginación, algo que nunca existió? El dolor se hace a veces tan intenso que soportarlo... soportarlo a duras penas le es posible. Ninguna lágrima fluye por su rostro, y este es como un cauce seco, el río estuvo ahí, pero tiempo atrás se secó. Su mente antes era capaz de alzar el vuelo con la elegancia de los cisnes, capaz de remontar la corriente con la gracia de los salmones, capaz de crear de la nada exquisitas filigranas de inconsistente cristal. Pero llegó el día en que su personalidad hiló una figura, donde quedó atrapado todo el poderío de su conciencia, y la hermosa figura, tan grácil y dúctil, se transmutó en fría piedra, calcando para siempre la idea en el centro de su mente.

Precisamente por eso ahora se le ve correr sin aparente dirección hacia el mundo que solo en su mente existe, un mundo que considera perfecto, esculpido hasta la saciedad, pulidas todas la imperfecciones, limadas todas las aristas. No se da cuenta (ah, ni siquiera se lo pregunta ¿Cambiaría algo eso?) de que esa forma petrificada era fruto de un instante, un enredo de momentos, una telaraña de impresiones que por naturaleza son variables, incapaces de quedar plasmadas para siempre, inservibles como modelo, pasajeras cómo ideas. Y, al ser contradicha la naturaleza exacta de la misma, no resulta ser lo que en realidad parece: la estructura sigue intacta, sí, pero... ¿Y el interior? Dentro de esas paredes tan logradas se posa el polvo, el hilo desapareció, ahora se acumula en los intrincados recovecos de una irrealidad imposible. Si es ficción o realidad ¿Qué más da? Todos saben que cada uno vive en su mundo, solo, rodeado de fantasmas, que desaparecen con el sol, y que cada noche resurgen de la niebla, lentos, inexorables, con la caída del astro rey, surgen las brumas y sus lamentos recuerdan al humano que en su mente permanece aislado del resto, que los demonios a nadie más pertenecen, cada uno con los suyos; pero nadie lo admite.

No persigue, pues, un sueño efímero, sino una realidad personal, duradera, que se opone al flujo natural de la esencia. Perdió algo un buen día y por eso comenzó a buscar ¿La inocencia tal vez? Quedó desamparado entre los infinitos mares de lágrimas que barren el concurrido desierto. Su oasis quedó anulado. Despertarse un día y pensar “El mundo no es como lo recordaba.” ¡Sí! Su letargo ha terminado. Ahora se encuentra frente a frente con algo que jamás sospechó que existía, con una inmensidad que le asusta y sin ningún lugar en el que refugiarse. Ya no tiene lugar en el mundo, el mundo no es ya lugar para él. Los lazos que le ataban se soltaron con facilidad ¿Le gustaría por un casual volver a estar atado? Tener un punto de apoyo en una micro realidad... Pero no, en el fondo de su espíritu sabe que jamás volverá nada a ser como antaño, cuando sus ojos estaban cerrados al mundo exterior. Aún así, sus ojos están ahora cerrados, no ven, no quiere ver, abandonado como está a una búsqueda en la que subyace el sentido de su vida. Que ciegue la ira o el amor es lo mismo, introspección, al fin y al cabo. El amor le ciega, un mundo ideal, eso es lo que ama, mas la inexistencia de ese mismo mundo es lo que le provoca ira, un dolor, que aunque no lo admita, le desgarra desde el interior, con afiladas esquirlas de diamante, pues puro es el sueño pero no el dolor que de este deriva.

Se precipita, sí, a la sima, pero, a quién le importa, ni siquiera a él. Vivir de una ilusión que jamás a dado muestras de existir, únicamente en el plano ideal, donde se forjan las más inexplicables esperanzas (veneno para la vida); es insuficiente. Se está ahogando y el aire que cree que respira, que no le deja morir en apariencia, es simplemente un producto de su imaginación, y el agua llena sus pulmones, con impensable ímpetu, con desatado amor. Obcecado en su búsqueda no ve que por el camino quedan desperdigadas millares de oportunidades, que saludan con la sonrisa torcida, anunciando algo que ya nunca será. No advierte que la vida pasa en una búsqueda irrealizable, aún así tuvo suerte de que no fuese una espera. Los gusanos del tiempo se desparraman por su rostro, lamen su cuerpo, lo hacen vulnerable... mientras que precipita sin tregua hacia el más negro abismo. Viviendo su desgracia como en un sueño no es capaz de escapar, de detener su caída y, ya casi al fondo, los salientes son escasos. En la vorágine emerge nítido el rostro donde todos los ríos confluyen, un muro insondable, acogedor y terrible al mismo tiempo. Una lágrima de ceniza brota de su pensamiento, y escapa de su cuerpo acariciando una de sus pupilas... y cuando esta lágrima se pierde en la brutal caída, la mente busca en vano una estructura que hasta hace unos instantes permanecía intacta en el centro de su reino; tan solo una ligera impronta, una señal de que algo ahora falta, es lo que queda en un vacío sideral. Y la conciencia ¡Oh! Su conciencia, se lanza con furia a ese vacío, sin encontrar más que soledad y un silencio sepulcral, algo que había ignorado hasta entonces, captada como estaba por la pétrea figura de un sueño.

martes, 30 de agosto de 2011

Paseo nocturno (2009).

Me encontraba en lo alto de un cerro resguardado en la sombra de un árbol. La tarde ya decaía desde hacia tiempo y el sol se ponía por el oeste, donde las grandes montañas nevadas, sobresalen y obstaculan la vista completa del horizonte. Los últimos rayos del sol se perdían entre las primeras estrellas que ocupaban su lugar en el firmamento y que acompañaban a la luna en su sólito paseo nocturno.
La primera luz en aparecer en la cúpula celeste fue Venus, el planeta del que se dice que vienen las mujeres pero que es en realidad una bola de gases donde es imposible que se desarrolle vida.
Ya se había terminado de poner el Sol y la tarde se me había pasado demasiado rápido, pues, perdido en mis largas reflexiones no me había dado ni lenta de lo tarde de la hora, mis padres sin duda estarían preocupados, pronto comenzaría a caminar hacia mi casa.
La Luna comenzó a salir a mi espalda, al este, era luna llena, sin duda encontraría el camino a casa con facilidad pues nuestro satélite emanaba una gran cantidad de luz que me mostraba, con claridad, todo el paisaje: el campo tenia un aspecto fantasmal, lúgubre, se habían creado sombras y espacios oscuros entre los matorrales, los altos árboles característicos de la zona proyectaban unas sombras espectrales y una gran cantidad de animales nocturnos salía de sus escondrijos para comenzar la actividad en una calmada pero bulliciosa noche de comienzos de otoño.
Marte, el planeta rojo, dios de la guerra para los pueblos de la antigüedad, acababa de salir a la escena nocturna, su resplandor rojizo era inconfundible en el ya cargado cielo noctívago.
Comencé a sentir frío y decidí que era el momento de levantarme y dejar la contemplación; tenia las piernas entumecidas de no moverlas en varias horas, moviéndolas reactive la circulación de estas y emprendí, casi con solemnidad, el camino a casa sin dejar de observar el firmamento.
Me era imposible dejar de mirar a lo alto, el cielo se estaba llenando de miles y millones de estrellas y planetas desconocidos, comencé a sentir que todo el peso del cielo recaía sobre mi cuello y poco a poco comencé a sentir la grandeza de la vida, pues como es posible que de entre tantos planetas, de entre tanta infinidad de lugares posibles donde nacer, la vida conocida nació en la tierra, y yo tuve y tengo la suerte de haber nacido aquí y ahora, y, aunque no fue decisión mía, no puedo reprocharle nada a la existencia pues estoy agraciado con el don de la vida.
Cavilando entre miles de interrogantes similares me acercaba a casa lentamente pero sin pausa, disfrutando de cada momento, deja de mirar el cielo por un momento y me fije en el camino: impresionante; estaba seguro de que era el camino de retorno pero todos los contornos estaban desfigurados, parecía otro camino, pero no lo era, la luz lunar había trasformado el paisaje y lo estaba viviendo en primera persona, lo poderoso que es la luz con la que se miren las cosas, todo cambia, todo es claro y definido y a la vez no tiene definición ni es tan claro como lo pensábamos.
Cada cosa que veía me llevaba a pensar en cuestiones que me llenaban de una sensación e angustia al momento dominada y aplacada por lo estupendo del momento. La luna se paseaba entre las estrellas, tan lejanas y tan pequeñas, haciéndose la reina del firmamento terrestre; de día era el Sol el que gobierna los cielos pero de noche el influjo lunar gobierna los cielos y los mares, creando mareas y demostrando su fuerza y su capacidad para someter nuestro planeta.
Que pensamiento tan complejo el del ser humano, capaz de estropearse una vida pensando en su porque, sabiendo que jamas llegaremos a descubrirlo, pudiendo vivir una vida plena y satisfactoria, sin duda el ser humano no es tan listo como aparenta. Los animales, que viven siguiendo sus instintos no se preguntan el porque, creemos saber que no pueden pero no estamos seguros, simplemente sobreviven. ¿Ha merecido el paso de animales a seres con conciencia racional? No lo sabemos, yo creo que si, y por eso pude disfrutar e esa placida noche estrellada, mientras recorria el camino a casa…

viernes, 12 de agosto de 2011

Vacío cósmico.

Hoy me refugio en una indiferencia,

Que como lejana estrella,

Se encuentra demasiado lejos;

Cayendo a la velocidad de la luz,

Me pierdo en la oscuridad,

Ya pueden pasar planetas, lunas,

Ya pueden morir estrellas,

Ya pueden nacer universos,

Porque nada va a cambiar;

Si el mundo se vuelve un infierno

¡Qué importa! Lo dejé atrás hace mucho,

A veces pienso que avanzo,

Pero tan solo olvido que caigo,

Como ancla en un mar cósmico

¿Acaso espero tocar fondo?

Solo seguir cayendo, cayendo...

No veo la infinitud, mis ojos cerrados,

La intuición bien atenta esperando.

Cayendo a la velocidad de la luz,

Me precipito suavemente, entre miríadas

De estrellas, de galaxias, de cosmos enteros,

Rojos, verdes, amarillos, púrpuras y azules,

Y solo encuentro oscuridad.

¿Ilusiones? Las abandoné en la Vía Láctea

¿Voluntad? La perdí en Magallanes

¿Sentimientos? Olvidados en Andrómeda;

Ahora solo noto el sabor agridulce

De la pérdida en una boca que ya no siento.

Insignificante como un mota de polvo,

Ignorado por la inmensidad

Que me da el privilegio de caer sin pausa

En un vórtice de olvido, donde escapan los recuerdos.

Y si un gigante fijase sus ojos en mi figura

¿Terror o Alegría? La belleza es terrible...

Me perdería en su mirada, tan clara,

Tan reveladora como la muerte de un amor.

sábado, 16 de abril de 2011

Insuficiente alegato a favor de un código ético.

Vivimos en una época convulsa, eso está claro. Algo está cambiando, algo que parece que nadie puede controlar. Cambian los comportamientos, las reacciones, las reglas, las personas… Está claro, lo vemos en cada noticia, algo que no es como lo era antes antes, sea para bien como para mal.

En momentos como estos me pregunto qué valores hay que seguir, me pregunto cuál es la mejor manera de hacer las cosas, me pregunto cómo debería actuar… Me parece una gran problema, pues, veréis, tener un sólido código de valores es una obligación para el ciudadano. Sin embargo el problema radica en la dificultad que conlleva la creación de este tipo de código en tiempos como estos. Los ciudadanos nos preguntamos continuamente ¿Qué sería justo? ¿Sería adecuado hacerlo o no? Necesitamos una directriz, mas soy consciente de que solo cada uno de nosotros puede obtener la suya. Los valores de los antiguos ya apenas son válidos en nuestra época, cuando la población supera los 7000 millones y nos vemos obligados a convivir estrechamente.

Crear nuevas formas de comportamiento, nuevas reglas que sustituyan a las que hasta ahora se han demostrado obsoletas está en nuestra mano, de eso debemos ser conscientes. Nuestro sistema de democracia no está aún obsoleto, simplemente los ciudadanos han hecho mal uso de este, los responsables no han sabido mantenerse firmes y todo esto no hace más que repetirse, de manera que cada día menos personas tienen fe en una democracia que conocemos desde hace relativamente poco.

Está claro que el problema lo tenemos las personas de a pie, quienes no sabemos llevar nuestra vida conforme unas aptitudes aptas para con la sociedad.

Es nuestra responsabilidad no dejarnos llevar por la corriente del egoísmo, de la decadente individualidad, para adaptarnos y cambiar de esta manera el ámbito en el que vivimos.

Pensareis seguramente que esto es fácil decirlo pero mucho más difícil hacerlo: estoy de acuerdo. Mas no hay que perder la fe en nuestra especie, pues de eso depende nuestra supervivencia y nuestro perfeccionamiento, el compromiso con el mundo que nos dio la vida y la responsabilidad que tenemos de conservar el patrimonio universal.

Por muy complicado que sea hacer las cosas bien es necesario hacerlo, debemos unir lo bello con el útil, como decía Horacio, debemos hacerlo “bonito” porque es útil para todos nosotros.

Con respecto al código ético, nadie debe ser capaz de darnos unas normas preestablecidas, de nosotros, como he dicho antes, depende que sea algo acertado o que sea algo inmoral. Debemos ser capaces, pues de eso depende, nuestra supervivencia como sociedad. Debemos ser capaces porque se lo debemos al mundo y a nosotros mismos, porque tener una ética es una forma de ser, una forma de realizarse a uno mismo, una demostración de tolerancia, un alarde de valentía.

domingo, 3 de abril de 2011

Titilante incerteza.

¿Hablan tus palabras el lenguaje del amor?

Susurran alegres sílabas, me saludan desde tus labios,

Me preguntan sí me gustaría acariciar tu mano;

Callo,

Me gritan que te abrace, quieren que dialoguen nuestras bocas,

En el húmedo juego de la ardiente pasión;

Callo,

¿Me miran tus ojos expectantes?

Son tan claros, envidio tu luz.

Aquí hace frío ¿Sabes? Quisiera que tu sol me calentase a mi también;

Callo,

No quisiera estropear este momento.

No te das cuenta de lo duro que me sería moverme, apartarme de tu mirada,

Concluir el ahora, enterrarlo entre recuerdos, como si fuera uno más;

Callo,

Quisiera regalarle el presente a tu mirada, que es efímero,

Me gustaría que lo entendieras, que perder el instante

Me produciría una tristeza infinita;

Callo,

Porque ninguna palabra,

Sería más elocuente que tu mirada,

Y ningún movimiento más ardiente,

Que el deseo que mueve tus pupilas,

Como brasas.

jueves, 20 de enero de 2011

La red y el cuchillo.

Me he dado cuenta de que el ser humano es un gran cazador, conoce el secreto de situar trampas estratégicas, redes irrompibles. Es capaz de tramar un tejido indisoluble a lo largo de los siglos y arrojarlo hacia el cielo, pensando que tal vez no vaya a caer, pero cae y, como el ser humano permanece estático, sedentario en sus proyectos y convicciones, metas y ambiciones, valores y morales, acaba por caer encima, atrapando al animal humano. Una trampa a lo largo de la humanidad que se cierra ahora, atrapando todo lo que somos.

Esta trampa no es sino el entramado de convicciones, de convenciones sociales, de estructuras jerárquicas, de valores recurrentes y de emociones estáticas pero variables. Nuestros antecesores crearon todo esto y más pensando de crear una sociedad, de crear un mundo adapto para el ser humano, para el individuo, un mundo desigual, que tiende a lo justo sin poder evitar lo natural, tachando a esto último de injusto. Intentaron civilizar al animal que hay en nosotros dejándolo libre de hacer, de cambiar el entorno, de edificar castillos en las nubes de la incerteza y del inestable futuro. No se olvidaron los cimientos, de hecho ahí están, sosteniendo las ruinas de nuestra sociedad, principios claros sosteniendo principios inmorales.

¿Qué pensarían los filósofos antiguos, los pensadores romanos, los intelectuales renacentistas, los iluminados, los acérrimos defensores de la revolución industrial, de ver el uso que las generaciones que los han sucedido han hecho con todo lo que han descubierto? ¿Verían el mundo humano, ya sin pulmones, y acaso verían un ser incompleto corrompido por una plaga de la que ellos mismos formaron parte? ¿Pensarían que esta sociedad moderna es el culmen del desarrollo humano, del libre pensamiento, de la solidaridad, de los valores más puros que se encuentran en la base de la moral antigua? ¿O acaso verían a un animal sometido a su propia voluntad, que caprichosa lo amedrenta y atemoriza reduciéndolo a un mohín asustado y endeble?

Me pregunto continuamente ¿Qué es lo que nos tiene presos? Me di cuenta hace poco: la voluntad del ser humano. Nuestro individuo reclama libertad, pero a su vez reclama un orden en el mundo, un lugar organizado. Al final lo estamos consiguiendo: el ser humano se encuentra por todo el planeta, hay un frágil equilibrio político y social, que se mantiene a duras penas y hay una serie de experiencias acumuladas en nuestra memoria de especie, nuestra historia. Y precisamente la historia muestra el patrón humano, muestra el método de la tiranía, muestra los errores en el tejido, los huecos, los desgarrones, pero nos da la imagen de la red en la que estamos atrapados, tejida con la desesperación de un desgraciado. Cada segundo, cada día, se hace historia y todo se repite, todo se mueve siguiendo el patrón de la mente humana, que pese a todo cambia positivamente, lo atestiguan los descubrimientos científicos, no se mueve cíclicamente, sino siguiendo un ritmo, un diseño, una estructura cuya extensión no conocemos.

La red nos encierra y limita nuestra acción pero, por alguna razón, no dejamos de tejerla segundo a segundo, limitando nuestras salidas, eliminando las alternativas posibles a un ritmo insano. Y aún así parece que no nos diéramos cuenta, que quisiéramos acabar cuanto antes para refugiarnos en el deplorable victimismo de un asesino arrepentido. Para tal vez cobijarnos en nuestra propia negligencia esperando el fatal desenlace endulzado con la ridícula y morbosa esperanza.

Pero de momento hay maneras de romper la red, el ser humano fabrica su arma contra esta día a día: la ciencia. Muchas veces la ciencia ha sido utilizada, con secreto placer, para cumplir los deseos de individuos desatados. Los descubrimientos han sido tergiversados, utilizados para la guerra fratricida entre humanos.

El ser humano, bajo el peso de esa red de mentiras y despreciables teorías permanece con un cuchillo en la mano, que crece continuamente, haciéndose más largo y más afilado. Pero el ser humano tampoco sabe cómo utilizarlo y, con sumo masoquismo, se clava en la carne, atravesando piel, tejidos, huesos, vísceras. Un día tras otro se apuñala a sí mismo creyendo mejorar su situación, mientras la red crece y lo encierra. Ya la sangre puede teñir de escarlata la tierra que el ser humano seguirá mutilándose con placer animal poco a poco, hasta que un día esa afilada hoja, teñida de sangre, atraviese su corazón.

Me avergüenzo de estar aquí escribiendo, narrando impúdicamente la realidad de nuestra especie, en vez de estar cambiándolo, de intentar ser algo diferente, algo menos animal, alguien más comprometido con su especie, con su sociedad, con su política, con su mundo. Sin embargo he de decir que soy egoísta, que me creo con derecho de decir lo horrible que soy sin cambiarlo, que me creo con derecho de moldear el mundo a mi antojo, a mi voluntad. Pero, aun sabiendo que la esencia de mi ser individual no se puede cambiar, me veo capaz de afirmar que puedo redirigir la corriente de mi voluntad hacia objetivos menos egoístas aparentemente, pero que siempre tienden a la preservación de la especie.

También me gustaría decir algo de lo que me he dado cuenta y es que, el ser humano, como ya se sabe, tiene un instinto de supervivencia que le obliga a vivir, es lo que creo poder llamar esperanza, pues nunca, con nuestra individualidad, somos capaces de resignarnos a un fatal destino, solemos luchar hasta el final, eso es tener esperanza. De todos modos, quería decir que el instinto de supervivencia lo tenemos a nivel individual, no como especie y, para mí, esto es crucial pues cada individuo intentará casi siempre preservar su persona antes que preservar la especie. Es repugnante, pero pensadlo ¿Si para salvar el mundo y la especie debierais morir, lo haríais? Yo lo haría en el caso de que no me quedase otra opción, esto casi me parece inmoral, pero me parece natural. También me repugna.

(…)

lunes, 17 de enero de 2011

Brainstorming.

Realmente ando perdido por los senderos de las relaciones humanas. Todo me parece muchas veces extremadamente sencillo: los patrones de comportamiento, las reacciones, los lazos que unen a las personas… Otras sin embargo, me parece algo demasiado complicado, como si hubiera demasiados factores que tener en cuenta.

Cito aquí los versos de Dante Alighieri, para que el lector se haga una idea del lugar en el que me encuentro: Nel mezzo del cammin di Nostra vita/ mi ritrovai per una selva oscura, / ché la diritta via era smarrita.

Esto citados versos son los primeros de la Commedia. En estos se hace referencia a la situación de Dante-personaje: está perdido en una oscura selva tras haber perdido el verdadero camino. Algo parecido me sucede, pero de otra manera.

Por decirlo de algún modo, siento que he perdido el camino que me podría llevar al conocimiento de un criterio de verdad universal. Siento que todas mis convicciones tiemblan y se derrumban, ante el terremoto de las dudas y la incerteza. Al contrario de Descartes, esta duda no me sirve para construir una razonamiento, sé que soy una persona que piensa, pero no sé si las cosas son como creo que son, si mi pensamiento me engaña para hacerme creer en una realidad ilusoria, de relaciones inventadas y por lo tanto caducas, de mundos mentales inexistentes, de pensamientos inmorales por falta de criterio.

Por desgracia no sé moverme en este campo, no conozco doctrina alguna que pueda ayudarme a ser lo que en realidad soy; me pierdo.

Las convicciones que nacen un día, acompañando la salida del sol, perecen al resbalar desde mi cerebro a mis labios, y caen al vacío.

Pero, pensadlo ¿Cuántas veces habéis sido vosotros mismos? Sobre mi puedo decir que casi nunca. Lo peor es que sé por qué, sé que es el sistema de enseñanza que no favorece la creatividad, sé que las relaciones humanas hodiernas suelen carecer de amistad y lazos y que eso afecta mucho al desarrollo de la personalidad humana, sé lo que debo hacer, pero no lo hago, sé como quiero ser, pero no lo soy.

Y el problema es el complejo que, sin ayuda de nadie, pero guiado por todos, me he creado, con el que convivo, como una triste fachada gris que esconde un mundo de color inexplorado.

Creo haberme dado cuenta de que no estoy vacío, de que dentro de mí hay un mundo que quiero conocer, que quiero mostrar a los demás, que quiero que sea de todos. Pero las relaciones humanas me confunden, más que nada es el pensamiento: ¿Qué pensará de mí? Realmente me aterroriza ser juzgado sin acierto, pero bueno, ni yo sería capaz de juzgarme con acierto y eso me asusta aún más.

Confundir lo que aparentamos ser, lo que somos y lo que creo que somos, me horroriza. Me gustaría tenerlo claro, para poder conocer a los demás y de esta manera hacerme una idea de cómo son y poder juzgarles, entendido como la creación de una opinión veraz. Me gustaría también que los demás pudiesen hacer lo mismo, que me conociesen por lo que soy, pero claro, como no sé mostrar lo que soy, es normal que opinen sobre mí de manera equivocada. Soy consciente de que depende solo de mí el cambiar las cosas, eso me da un gran poder sobre los sucesos que me conciernen, pero creo que no es suficiente saberlo, no me mueve a actuar.

Me parece que este acta de toma de conciencia no lleva a ninguna parte. Supongo que tendré que pensar mucho sobre como comportarme. Supongo que tendré que aprender a ser yo mismo. Supongo que tendré que conocer a las personas para conocer las relaciones humanas y saber si me equivoco o no al decir que ya no son un apoyo estable para el desarrollo de la persona. Supongo que tendré que aprender a pensar y a actuar.

Son unas pocas conclusiones, casi un esbozo de propósitos, una traza de mis carencias y determinación de mis aptitudes, brillantes por su ausencia.

En resumen, estos son mis deberes para dentro de unas semanas.

¡Habrá que comenzarlos cuanto antes!

viernes, 14 de enero de 2011

Conferencia sobre Petrarca (parte II)

Hoy (13-1-2011) he asistido a la segunda conferencia que Francisco Rico ha dado en la Fundación Juan March. Esta ha puesto fin al ciclo de conferencias, que en este caso eran solo dos, que presentaba el ya mencionado Rico sobre Francesco Petrarca, importante poeta italiano del siglo XIV.

Empezó la conferencia con un agradecimiento del director de la RAE a la Fundación, gracias a la que había recuperado los apuntes que olvidó en un taxi antes de la primera conferencia y, sin los cuales, le hubiera sido más difícil dar explicar correctamente a Petrarca.

Hay que recordar que en la primera conferencia Rico trató al poeta italiano en el ámbito filológico, como padre del Humanismo y, más concretamente del “petrarquismo”. En esta, como pronosticó en la anterior, se trató a Petrarca como poeta, como enamorado de Laura y como fundador de una nueva manera de hacer lírica.

Para empezar propuso al público dos interrogativas sobre las que se basó la exposición del poeta: ¿Es Petrarca un gran poeta o, simplemente, un buen poeta? ¿Es Petrarca un “petrarquista”, es decir, respeta sus propios cánones, su propia corriente?

Además de estos dos interrogantes deleitó al público con su teoría sobre la existencia de una posible Laura, el amor de Petrarca. De hecho insistió varias veces en la broma de que, seguramente, la mayoría del público para lo único que había venido era para saber quién era esta mujer. Comenzó, entonces, con esto último.

Afirmó que una vez, hacía ya mucho tiempo, había recuperado los datos suficientes para elaborar una teoría sobre Laura pero que, sin embargo, por no apuntarlo se le olvidó y que, por eso mismo, ha pasado muchos ratos intentando reconstruir lo que su propia memoria había construido una vez. Personalmente, he de admitir, me hizo harto de gracia porque ¿A quién no se le ha olvidado nunca una cosa de importancia por no apuntarla en el momento? Por desgracia a muchos nos ha pasado, es una realidad bastante penosa.

Por suerte Rico presentó una exposición bastante lograda, aportando datos que muchos estudiosos antes que él habían reunido sobre Laura, pero a la vez rechazando los que no le convencían para la formulación de su teoría. Tras exponer toda la información que tenía pasó a la formulación de su hipótesis, que me parece muy consistente, sobre la existencia de Laura. Yo lo entendí de la siguiente manera. Los datos que Petrarca nos da sobre Laura son casi todos falsos, seguramente los cronológicos, al menos el día y el mes, lo que no quita que la conociera el mismo año en que el él afirma haberla conocido y que muriera en el año que Petrarca dice, es decir, en el 1348, año de la peste negra. Sin embargo, en lo que se refiere a la persona de Laura, Rico tiene en cuenta la suposición de que pudiera ser una persona inventada, que Petrarca hace el centro de sus loas. Pero, citando poesías del poeta, logra convencer sobre la existencia de una persona real lo que desmiente la anterior suposición. Mas esta persona, añadió, no tenía por que llamarse Laura, nombre que Petrarca rara vez cita en sus poesías, excepto en forma de anagrama (“l’aura”) en distintos versos y textos poéticos. Así que, según el experto, no es un nombre real, sino un pseudónimo, como se solía hacer en la época para loar a las damas. Por lo tanto no se puede identificar a Laura con un ningún personaje histórico de la época, como algunos entendidos afirman, sino que debe aceptarse como una persona que existió pero que el poeta nombró de otra manera, con el pseudónimo de Laura.

Resuelto este tema pasó a considerar si Petrarca era un gran poeta o un buen poeta. Comenzó distinguiendo, en su opinión, a un gran poeta de un buen poeta. Para Rico un gran poeta es aquel que revoluciona una lengua, la forma de hacer literatura, que cambiaba algo respecto al modelo establecido en la época. Sin embargo un buen poeta no llega a tanto y en ese sentido es muy limitado.

Personalmente puedo decir que para mi Petrarca fue un gran poeta, pues cambió la manera de hacer poesía, haciendo una síntesis de los modelos precedentes y dando forma a la lengua que después sería el italiano.

El conferenciante hizo un razonamiento parecido, pero mucho más rico en citaciones la propio poeta y de opiniones bastante acertadas. Sin embargo, parece que, aún considerando a Petrarca como un gran poeta por todo lo que más tarde nacería a raíz de su trabajo, no le terminara de convencer, como si le quedaran dudas al respecto y no lo considerara un tema zanjado. Realmente es algo que pude notar por asistir y que es posible que los lectores de esta insuficiente crónica piensen que me invento, pero os aseguro que no he sido el único asistente que lo ha notado.

Más tarde pasó a la siguiente pregunta. Hizo primero una síntesis de las tendencias que Petrarca recogió en su obra: el amor cortés de los trovadores franceses, que consideraban a la mujer algo por encima de ellos; el “dolce stil nuovo” que se había desarrollado con Dante Alighieri y Guido Cavalcanti como máximos exponentes y cuyo rasgo característico es el de considerar a la mujer “donna-angelo” como mujer angélica y objeto de admiración por ser una creación casi perfecta de Dios; el binomio petrarquista que, como es evidente, desarrolló el mismo Petrarca y que trata la combinación de palabras con significados cercanos, muchas veces dulces, sobre todo en lo referente a Laura y sobre todo, en la reelaboración que el mismo Petrarca hacía de sus propias poesías para crear nuevas, jugando de esta manera con las palabras.

La mayoría de estos aspectos concretó más tarde la corriente petrarquista. Pero sobre todo, el último componente de la poesía de Petrarca es el que dio más juego a Rico. Pues sobre este especuló que tal vez se podría considerar a Petrarca como su propio imitador, cosa muy cierta pero a la vez evidente. De hecho sobre esto pienso que cada poeta y escritor tiene su estilo, el de Petrarca era este, el de reelaborar sus propias poesías, lo que dio lugar al uso de un lenguaje uniforme, caracterizado por las mismas palabras, cosa que me parece de vital importancia, pues se reflejará en la poesía italiana y extranjera de los siguientes siglos.

Con una síntesis de lo dicho anteriormente y con la esperanza de haber explicado de manera precisa, aunque simple e imperfecta, como el mismo Rico dijo, concluyó sin más ceremonias la conferencia, y con esta el ciclo de conferencias sobre Petrarca en la Fundación Juan March.

Personalmente solo puedo decir que me dejó bastante satisfecho. No puedo negar que se me pasó volando, como se suele decir, la parte de Petrarca como poeta. Francisco Rico no hizo sino revelar, con espíritu crítico, algunos de los secretos sobre la vida y la obra de Petrarca. Realmente me alegro de haber asistido a estas dos conferencias que me han deleitado con informaciones sobre este poeta que, personalmente aprecio mucho.

Así que, sin más preámbulos, me despido, recomendando de nuevo otro acto en la Fundación, en este caso un seminario de filosofía sobre el carácter excepcional del ser humano, que se impartirá el próximo jueves 20 de enero a las 19:30.

¡Yo no me lo pienso perder!

miércoles, 12 de enero de 2011

Estado de carencia.

Como toda persona, intento crearme una serie de valores que pretendo considerar absolutos, pero que no lo son ni lo serán nunca. Es una búsqueda que cada ser humano realiza a lo largo de su vida. En mi opinión la necesidad de una moral, de unas reglas inflexibles pero no inhumanas, es decir, unas reglas de comportamiento razonadas, y su consecuente búsqueda, es algo que fundamental en la vida de toda persona.

Pero resulta muchas veces que, a pesar del esfuerzo, no logro mantener un comportamiento social acorde con la moral que me planteo. Al igual que un viajero a pie, que se encuentra en lugares desconocidos para él, al toparse con la noche no ve en la lejanía ningún punto de luz, aún sabiendo que cerca debe de haber algún pueblo o granja, se siente más perdido, solo y vulnerable, así se siente mi esencia más profunda, perdida en la niebla de la confusión, errante por unos caminos ya mil veces transitados, buscando un punto saldo en el que descansar de su fracasada aventura sin encontrar, para su desventura, ninguna luz que le sirva de guía.

Y es que, para mí, sin una moral no hay ningún camino posible dentro de la sociedad de los hombres, siempre se acaba transitando por unos derroteros conocidos, que muestran la falsedad de unas reglas que no conforman un comportamiento responsable, moralmente aceptable.

Sin embargo, en mi confusión no soy capaz de mantener un comportamiento duradero, pues todas las formas de moral que encuentro tienen fallos irreconciliables con las posibles soluciones: si encuentro una moral que tiende a la integración social no se reconcilia con mis opiniones y con mis ideas sobre la sociedad, asimismo, si encuentro una moral que tiende, por ejemplo, a la ataraxía esto sería contradictorio conmigo mismo, pues no soy capaz de evitar opiniones y juicios, y así sucesivamente.

Me sirve de mucho leer, en muchos libros se trasmite una parte de la moral del autor a través de los actos y pensamientos de los personajes. Leer es algo como un tónico revitalizante, una porción de cordura, o de locura, de las que se puede extraer parte de la moral del escritor, en el caso de que la utilice al escribir. Me proporciona diferente puntos de vista, diferentes maneras de ver la vida, de personas que tienen más experiencias que yo, que han vivido más, que conocen el mundo de una manera más amplia, que conocen a las personas, que conocen la sociedad y que analizan al ser humano de maneras muy diversas.

Yo como persona me estoy formando todavía a nivel elemental, lo noto porque veo que mis formas de comportamiento, caen una tras otra, por motivos diversos, pero que demuestran su inviabilidad. Es algo que me cohíbe, intentar tantas veces comportarme de la mejor manera posible sin lograrlo por falta de valores, de principios. Pero también es algo que me desmotiva como ser humano, algo como un quiero y no puedo, y es algo que me hace mucho daño a nivel emocional, pues no puedo considerar qué está bien y qué está mal sino desde mi punto de vista humano y animal, que muchas veces falla al hacer las apreciaciones. Sin embargo, muchos son los razonamientos que pueden hacer falso el juicio que desde ese punto de vista hago, así que lo que realmente me interesa es la búsqueda de una moral acertada, no digo universal y siempre verdadera porque me parece casi imposible, que contraste lo menos posible con las demás personas, permitiéndome de esta manera disfrutar de una existencia agradable y placentera.

Esto, al fin y al cabo, no es más que una declaración de intenciones que me hago a mi mismo y de la que pretendo hacer al lector partícipe y conocedor.

Todo esto para indicar mi predisposición, que nace de la necesidad inmediata pero duradera, que tengo para aquellos que puedan aportarme algo a nivel personal, o como recomendación, alguna traza de moral que, desde vuestro punto de vista, consideréis válida para el uso práctico.

No me gustaría ser una persona inmoral, aunque lo dudo mucho porque ¿Quién dice que detrás de mi manera de pensar y de razonar no haya una moral implícita?

Espero que sea así, y espero poder añadirle valores positivos, para mejorar mi comportamiento. Cosa que solo puedo, mejor dicho, podemos hacer los hombres mediante la ética.

martes, 11 de enero de 2011

Conferencia sobre Petrarca (parte I).

Hoy (11-1-2011) he asistido a una conferencia que Francisco Rico, director de la Real Academia Española y afiliado a otras muchas academias de importancia europea e internacional, ha dado en la fundación Juan Match, en Madrid.

Antes de nada he de reconocer que no soy una persona muy activa, en el sentido de que no sigo demasiado los eventos de este tipo, como conferencias, presentaciones, actos públicos con motivación cultural. Tal vez debido a mi juventud o a mi supuesta falta de tiempo. La razón por la que expongo de manera resumida el tema tratado en la conferencia es por que tengo bastante interés en la poesía y más si ser trata de uno de los grandes de la cultura italiana y europea, como en este caso.

Francisco Rico exponía la vida, la obra y la época del gran poeta italiano Petrarca, que vivió en el siglo XIV.

Sin embargo, creo que nadie os podría explicar mejor que Rico, o tal vez los folletos de información que se reparten a la entrada de la Fundación y que, por desgracia, olvidé coger.

El argumento se divide en dos partes que se representan en distintos días, lo que me recuerda que si a alguien le apetece venir el jueves día 13 de enero de este año a las 19,30 empieza la conferencia; yo aconsejo ir con una antelación de al menos media hora.

La primera parte se centra en la vida de Petrarca, en su identidad, en la época en la que vivió, con una pequeña síntesis de la situación política y en su obra, por supuesto.

La segunda parte, a la que asistiré y sobre la que escribiré otra entrada, supongo que se versará en la parte poética del escritor, en la parte personal de su vida, en sus sentimientos y, casi seguro, en su amor por Laura, su mujer ideal.

La conferencia comenzó con una anécdota cómica: Rico había olvidado sus notas y esquemas sobre Petrarca, que pensaba utilizar durante el discurso, en el taxi en el que había venido. Así que el filólogo tuvo que hacer un esquema mental, que no estuvo nada mal, pero que no consiguió, a falta de tiempo para hacerlo, transmitir todas las ideas que hubiera querido.

El discurso se llevó a cabo de una manera amena, con un lenguaje dirigido al público medio, con algunas frases en latín, que posteriormente tradujo, y con algunos “excursus” con fines didácticos. El tono utilizado por el catedrático fue explicativo, con intención de informar de manera clara y precisa al público presente. Todo esto hizo de la conferencia llevadera y simpática, muy didáctica e interesante, lo que se daba por descontado.

Siguió con la vida de Petrarca, sus orígenes: nació en Arezzo, cerca de Firenze, en el 1304, en el seno de una familia acomodada. Rico hizo una aclaración sobre el padre de Petrarca, Ser Petracco, y sobre la infancia de Petrarca, trascurrida en Avignon, en aquel momento sede de la curia papal.

Más tarde prosiguió por los estudios de Petrarca, su predestinación a contable, por parte de padre, se vio truncada por su afición a las letras clásicas, de las que admiraba la forma en un principio y más tarde los valores que trasmitían.

Hizo una breve descripción de la situación política de las familias a las que Petrarca sirvió. Vino acompañada también por la aclaración del empleo de Petrarca, pues no vivía sin hacer nada, es más, sirvió a varias familias de importancia en el Norte de Italia, gracias a las cuales subsistía y podía desarrollar su arte. También obtenía beneficios de la Iglesia, esto es, había decidido entrar en el orden eclesiástico obteniendo un beneficio que le permitía viajar y hacer lo que él quería, escribir y descubrir textos clásicos.

De hecho, esta es la versión de Petrarca que Rico presenta al público en la primera parte de su conferencia: el Petrarca filólogo, padre del Humanismo, aquel que descubrió una gran cantidad de textos clásicos romanos mediante una larga indagación y gracias a unos viajes que hizo por parte de Europa; seguramente el otro lado, tal vez más atrayente de Petrarca, es decir, su faceta como poeta, lo haya dejado para la conferencia del jueves.

Siguió la exposición con los escritos de Petrarca, considerados de manera muy crítica por Rico, que intentó dar una visión general de libros como Secretum, De remediis, De viris ilústribus… El famoso Canzoniere, el plato fuerte, lo ha dejado para el siguiente día.

Finalizó con una apreciación general sobre la vida de Petrarca, sobre aquella faceta que tal vez conocemos menos y que es la más importante, más incluso que la de poeta.

He de decir que la proximidad con la que Francisco Rico trató a Petrarca durante toda la conferencia es bastante meritoria y notable. Es apreciable cómo el filólogo ha interiorizado al famoso poeta florentino y exprime sin tapujos su opinión, muy elaborada, sobre la vida y la obra de este maestro.

Tampoco se puede negar que ha sido una exposición muy crítica, esto es, Rico ha demostrado con argumentos cuales son las partes del Petrarca que conocemos que son falsas, casi todas, cuales de sus escritos son realmente de interés y qué debemos creer sobre lo que Petrarca dice de si mismo, que suelen ser casi siempre mentiras.

El filólogo logra, al final, definir la personalidad de este gran poeta y logra trasmitir al público cuales son los puntos fuertes de su vida y de su obra.

Personalmente solo puedo decir cuanto me ha sorprendido la claridad con la que este hombre comprende al autor italiano y, más que nada, cómo es capaz de crear una visión muy crítica pero acertada sobre lo quién era en realidad Petrarca.

No exagero cuando digo que espero con impaciencia la segunda parte de la conferencia. No se olviden, este jueves (13-1-2011) tienen una cita importante con el poeta italiano Petrarca, interpretado por este gran filólogo de la actualidad mundial que es Francisco Rico; una delicia ¡No falten!

lunes, 10 de enero de 2011

Desvaríos.

Días como hoy intento imaginar cómo sería estar en el lugar de un objeto inanimado, con la hipotética, en este caso falsa, certeza de que tengan una mínima animación; aunque como dice el nombre están inanimados.

No sé cómo se le podría llamar a esto, quizás una falsa empatía, incluso demasiado absurda para poder serlo porque, si muchas veces no suelo se empático con las personas ¿Cómo voy a serlo con los objetos?

Sin embargo, creo que hay una conexión, la que los seres humanos tenemos con la materia que nos rodea. Es muy cierto que somos polvo de estrellas y precisamente por esto, existe la astrología, que estudia los efectos que los cuerpos celestes tienen sobre nosotros.

Es interesante considerarlo desde este punto de vista, desde el que me doy cuenta de que no somos más que una efímera forma en la confusión de la materia y de las ideas informes. Presenciar por un instante la eterna controversia entre aquello que no es y aquello que es, que según los filósofos orientales no era otra cosa que el Tao, fusión de dos esencias.

Tenemos el privilegio de poder observar la eternidad desde nuestra caducidad, lo que permite apreciar las formas finitas que fuimos, que somos y que seremos en el flujo infinito de la materia, a la que según Platón el Demiurgo da forma constantemente con la vista puesta en el mundo de las ideas.

Es inquietante tener la certeza de un nacimiento y de una muerte, saber que todo lo que somos y lo que fuimos, sin olvidar lo que seremos, pasa por una infinidad de formas, desde la raíz de una planta del cretácico hasta una gota de magma de cuando la Tierra era aún joven. Quizás lo que el ser humano no acepta es que podemos ser todo lo queramos, simplemente hay que dejar que el tiempo pase, podemos ser una mariposa elevándose tras dejar atrás el capullo, podemos ser una flor, pero también la abeja que recoge el polen de esta, podemos ser miel en los morros de un oso, pero también el mismo oso, podemos ser el árbol del que pende un sabroso fruto, pero también el fruto y la semilla, el agua que las raíces absorben y la tierra fértil de la que nutren las plantas.

Estamos formados de átomos que se combinan cada segundo en estructuras preexistes pero no por ello poco originales. Puede incluso que como decía el filósofo griego Demócrito nuestra alma esté formada por unos átomos ligeros que a nuestra muerte se liberan y forman almas en nuevos cuerpos.

Saber que somos simples formas finitas que en un momento determinado han aparecido en el espacio y que en un momento determinado desaparecerán para unirse a la maraña de masa informe de la que nos creemos dueños, es algo abrumador.

Tener en nuestras manos la responsabilidad de ser algo creado por la casualidad, símil a una bella obra de orfebrería hecha con un genuino arte nacido del descuido, es algo que genera emociones contradictorias en mi interior.

Por una parte sé que un día tendré que volver a ser algo inanimado, algo que tal vez en un futuro pueda volver a tener vida o simplemente algo que se descompondrá con el paso del tiempo y servirá de alimento a los gusanos antropófagos para después morir con ellos y formar parte del estrato superficial de la Tierra hasta que algo haga cambiar la situación. Es algo que me produce un pánico atroz, el pavor que nace de mirar cara a cara la incertidumbre de las formas y de las ideas, del tiempo y del espacio, las tinieblas del hombre, en las que nuestra pobre mente no puede penetrar más que un mínimo, como quien hunde algo en la tierra a sabiendas de que no ha hecho nada más que rozar la superficie del todo.

Por otra parte me encanta saber que formo parte de algo tan grande que no soy capaz de abarcar, una chispa que se ha saltado de la hoguera de la que no es más que una ínfima parte de la más pequeña parte de la misma. De alguna manera es esperanzador que, como afirmaban los filósofos del Neoplatonismo, simplemente seamos algo que de un momento a otro volverá a ser parte del Todo del que ha salido.

Es increíble que a lo largo de la historia de la filosofía se hayan hecho tantas hipótesis sobre el origen del mundo y sobre nuestro origen, entendido como causa última, no de dónde venimos, sino de qué.

Según Empédocles el ciclo cósmico nace de la contradicción, de la lucha entre dos fuerzas, esto es, el universo existe debido a la paradoja del Amor y del Odio. Pero no existe cuando solo hay Amor, existe cuando hay un equilibrio entre ambas esencias contradictorias. Es algo fascinante el afán que los seres humanos tenemos por buscar el equilibrio, siempre intentamos que haya una cantidad adecuada de cada cosa para que todo parezca más justo y de esta manera equilibrado.

Me parece que el esfuerzo que los seres humanos han hecho para creerse algo en el universo es meritorio. A lo largo de las épocas numerosas personas han creado arte, han buscado una manera de expresar lo que de veras creemos ser. Tal vez unas simples falacias, tal vez algo más profundo que eso; aunque más similar a una red de conclusiones falsas nacidas de erradas hipótesis tejidas con un hilo formado a partes iguales por temor y esperanza, con ciertos puntos que opinamos saldos y estables, que no son sino dogmas de la filosofía y de la experiencia humana, sensaciones asumidas como verdaderas y trasformadas en conceptos que asientan la base de los razonamientos inductivos; sin embargo todo hay que ponerlo en duda para de esta manera confirmar las pocas verdades, y digo pocas porque comparadas con las que ofrece el mundo que se abre a los sentidos son relativamente pocas.

Puede que en futuro el ser humano llegue a dar con un razonamiento tan aparentemente veraz que tal vez la necesidad de encontrar respuestas se aplaque hasta un cierto punto, dando de alguna manera una tregua, pero dejando lugar al aburrimiento, artífice de las guerras y de la degradación humana según Schopenhauer. Personalmente espero que no, que el Sol muera antes de eso y la especie humana con él.

Definitivamente, este es un tema con infinidad de salidas, sobre el que podría pasar la vida entera hablando sin llegar a ninguna conclusión útil para nadie pero, sin embargo, algo me obliga, como ser humano, a indagar acerca de lo que somos, de qué es nuestra matriz, del verdadero origen del Todo.

Y todos estos mitos e hipótesis no hacen sino decorar una verdad que creemos nuestra y que aún no hemos descubierto, no hacen sino dar vueltas alrededor de la verdadera esencia de nuestro ser que, por alguna razón, le sigue vedada al ser humano.

No puedo sino hacer lo que han hecho muchos antes que yo: acercarme de manera disimuladamente a la esquiva realidad que se le escapa al ser humano esperando que no se desvanezca, esperando que cada hipótesis sea un acierto y no un error y ayude a dar un paso manométrico en el camino de la indagación filosófica y humana.

Pero, por desgracia, estos no son más que desvaríos.

sábado, 8 de enero de 2011

Cuestión de opiniones.

A veces me interrogo sobre las causas que precipitaron la situación mundial actual. Aunque son importantes las causas políticas, económicas y sociales yo suelo concentrar la indagación en las causas humanas, que según mi opinión son las causas primeras de todo el descontrol que se ha generado.

Remontándonos a los albores de la humanidad podemos observar que la historia siempre ha estado caracterizada por guerras, por descubrimientos, por catástrofes y epidemias pero también por un progreso creciente igual a la proliferación del ser humano en la faz de la Tierra. Sin embargo las causas primeras de todas estas situaciones son las relaciones humanas. En el plano personal, individual, influyen todos esos sentimientos, todas esas emociones, que muchas veces suelen condicionar las decisiones de los seres humanos. Desde la antigüedad hasta el momento actual todas las grandes tragedias de la humanidad que han derivado de la relación entre esta especie, es decir, no por causas naturales, entendiendo por naturales derivadas de la naturaleza, se han debido a unas personas que en un momento tomaron una decisión, muchas veces equivocada, que condicionó el desarrollo de la historia.

Personalmente no comprendo cómo estas personas fueron capaces de tomar decisiones tan perjudiciales para el ser humano, cómo no pudieron ver que la paz es en realidad un bien y la guerra un mal. Miento, sí que lo comprendo, es humano. Estos actos que influyeron en el desarrollo de la historia no se diferencian demasiado de las decisiones cotidianas, son muy símiles. Por ejemplo ¿Hay alguna diferencia, aparte de la aparente, entre quien decide si va a tratar mal a otra persona y quien decide declarar la guerra a otro estado? Aquí destaca la importancia de la moral y del comportamiento, del equilibrio interior y de la justa administración de las emociones. Con esto no quiero decir que aquellos que tomaron decisiones, para mi, equivocadas fueran personas desequilibradas e inmorales. De hecho la cuestión en este punto se amplía e incluye todas las facetas de la personalidad del ser humano.

Muchos filósofos durante el Renacimiento y el Iluminismo atribuían a la razón la capacidad para aceptar o condenar una acción, es decir, daban a la razón el poder de calificar morales o inmorales determinados hechos.

Hay múltiples razonamientos para aceptar como válido cualquier razonamiento, pero no depende tanto del razonamiento efectuado cuanto de la personalidad de la persona que lo efectúa, es decir, un mismo razonamiento puede parecer creíble a una persona pero tal vez no a otro individuo. Debido a la duda existencial, que creo siempre necesario tener en cuenta, nadie me parece capaz de afirmar como verdad absoluta lo que se presenta como una conjetura, como una hipótesis, sin pruebas reales.

Nadie entonces sabe realmente si lo que hace es moralmente correcto porque la razón está sujeta a la mente, la mente tiene como órgano principal el cerebro y el cerebro forma parte de nuestro organismo, por lo tanto se mezclan siempre experiencias subjetivas que oscurecen el juicio moralmente correcto, es decir, el juicio que respeta las reglas humanas y que sería desde el punto de vista del ser humano el juicio más acertado.

¿ Se podría decir entonces que las personas que tomaron decisiones que influyeron el desarrollo de la historia muchas veces lo hicieron teniendo en cuenta sus opiniones personales y sus experiencias, emitiendo de esta manera un juicio no totalmente objetivo y por ende moralmente correcto?

Yo opino que por mucho que los seres humanos hayan intentado, y sigan intentado, hacer lo correcto siempre habrá un conflicto de intereses nacido de la diferencia de opiniones, que a su vez nacen de la propia experiencia del individuo.

Pero no hay que pensar siempre en el individuo sin responsabilidades, recordemos que aquellos que han tejido el actual presente han sido aquellos que han tenido poder y por ende responsabilidades. Esto quiere decir que los mandatarios, los personajes influyentes y otros individuos que han tenido algún tipo de presencia en el mundo, han tenido también la responsabilidad derivada de su cargo o de su posición.

Por eso me horroriza saber que el destino de la humanidad ha pendido y sigue pendiendo de la voluntad de determinados individuos. Con esto no entiendo señalar simplemente a las dictaduras, sino a aquellos regímenes que delegan el poder en una o varias personas, incluida la democracia.

Volviendo al tema principal, ahora se podría decir que cada forma de estado, de gobierno, de sociedad es igual de inestable que un simple individuo, pues no olvidemos que nuestra sociedad está formada por simples personas y que cada una tiene una voluntad, unas emociones, unas aspiraciones, unas opiniones que suelen diferir unas de otras en la mayoría de los casos.

Por eso, y aunque parezca absurdo, opino que la causa principal que ha precipitado la situación actual es la inestabilidad anímica que está presente en cada ser humano desde los comienzos de nuestra especie y que, día a día, da forma a la leyenda olvidada que algún día seremos.

viernes, 7 de enero de 2011

Amor propio.

En el primer acto de Fuenteovejuna de Lope de Vega, en un diálogo entre los personajes Mengo, Barrildo y Fondoso con las dos mujeres Laurencia y Pacuala, el autor habla del amor propio. El concepto de amor propio que Lope saca a colación se remonta al gran filósofo griego Aristóteles.

Aristóteles afirmaba que amarse a sí mismo es natural. De esta afirmación se podría intentar sonsacar un concepto menos ambiguo, porque ¿Qué es el amor propio?

Se podría entender como una forma del instinto de supervivencia humano, es decir, nos amamos a nosotros mismo porque lo necesitamos, el instinto de autoconservación lo hace obligatorio. Buscar el mal de nuestra persona entonces no es una forma de amor propio y podría decirse una forma de existir contrariamente a las reglas naturales, estos es, que cada organismo pugna por sobrevivir y, de esta manera, haríamos todo el contrario, por lo que se a esta forma de tortura se le podría decir antinatural.

Todo esto desde el punto de vista objetivo de un observador imparcial puede parecer conciso e incluso creíble, pero hay que tener en cuenta que en esta anterior valoración no está presente la pare subjetiva, los motivos que han obligado a la persona a comportarse de esa determinada manera.

De todos modos esta forma de amor propio, como instinto de conservación, es solo una de las varias formas con las que se puede identificar el concepto.

Otra de estas sería el amarse, dando a la palabra amor el sentido convencional que designa una atracción física y espiritual entre dos personas, lo que se identificaría con el narcisismo o la egolatría. Una forma de amor arriesgada, ya que también desafía los límites naturales, que obligan a todo animal a buscar una pareja y a procrear. No por esto habría que condenar esta forma de amor, ya que no dista mucho de las formas que tiene el hombre de expresar este sentimiento. Aún así, este orgullo en la propia persona que es el narcisismo, esa exaltación del propio ser que es la egolatría, están basados en unos sentimientos no siempre positivos, de alguna manera este amor propio podría estar basado en la soledad, con todas las implicaciones que esta conlleva.

Pero creo que la forma de amor propio a la que se refería Aristóteles es la que se encuentra en un equilibrio entre el cuerpo y el alma, que no por eso son dos cosas opuesta e irreconciliables, sino al contrario. En este amor es aquel que guía a la persona hacia aquello que la favorece, hacia aquello que le conviene, sea en el plano físico que en el espiritual. El amor propio es un amor hacia el propio ser verdadero que la persona es, una forma de respeto al alma latente que cada uno de los seres humanos tiene. Esta forma de amor es capaz de guiar a la persona a hacer el bien, a hacer aquello que en un futuro, a corto, medio o largo plazo, le podría beneficiar.

Entendido esto se puede pensar que si una persona se ama a sí misma es una persona feliz. De aquí se podría deducir lo que es una persona feliz, es decir, una persona equilibrada, que mantiene en un mismo plano el cuerpo y el alma de manera haciendo que su amor propio prolifere y aumente.

Ahora, está claro que la felicidad la he entendido como un equilibrio, pero no sé si podría responderse con la “felicidad” de la que todos hablamos y de la que nada sabemos que, al fin y al cabo, no es más que una idea que con el paso del tiempo se ha convertido en un falso ídolo que todos veneramos en vano.

La felicidad como equilibrio me parece más factible y le doy ese nombre puesto que este equilibrio hace feliz a la persona que lo practica y proporciona una gran satisfacción.

Desde luego esta afirmación es algo utópica, pero al formular estas afirmaciones no hago sino moverme en el plano de las ideas que no se realizan, es decir, en el plano hipotético ya que la duda existencial me impide afirmar con toda seguridad la veracidad de mis afirmaciones.

Pero siguiendo en este fantástico mundo, el equilibrio ayuda al ser humano a sentir amor propio pero no tan solo esto.

Cuando una persona está enfadada, descontenta consigo misma, cuando un ser humano no se siente a gusto en su propio ser acaba por tratar mal a los demás. De alguna manera el ser humano muchas veces descarga sus frustraciones con las personas que lo rodean. Esto lo único que provoca es una reacción de rechazo en las personas que han sufrido la cólera de la persona descontenta. Este rechazo nace del descontento que provoca que otra persona trate mal al prójimo sin motivo aparente y, hay que decirlo, en muchos casos inexistente. Pues bien, de este descontento nace un rechazo natural que nace probablemente del instinto de autoconservación, esto es decir, a nadie le gusta que le mangoneen. La persona ofendida entonces corta vínculos con aquel o aquella que a hecho la ofensa. Esto no hace sino sentir peor al individuo que está ya descontento consigo mismo y agria aún más su carácter, lo que se traduce en más ofensas hacia aquellos que lo rodean. Es un triste círculo vicioso en el que a cada ofensa sigue otra mayor.

Sin embargo, poniendo el caso contrario, si una persona se comporta amablemente a con otra persona, probablemente, tarde o temprano, reciba a cambio una retribución bajo forma de amabilidad. Cuando una persona se comporta de esta manera con las personas que la rodean, se la puede calificar como una persona altruista.

Ahora bien, sabiendo el caso contrario se puede deducir que este altruismo nace del amor propio. Entonces el amor propio no es algo que beneficia solo al individuo que lo practica, sino que es positivo para todas las personas que lo rodean y ayuda a los demás a sentirse mejor, fomentando de esta manera el altruismo.

Así que ¡Tengan cuidado, el altruismo es contagioso... y además es positivo!