El deseo implícito de una mente desquiciada.

Per me si va ne la citta’ dolente,
Per me si va ne l’eterno dolore,
Per me si va tra la perduta gente.

Giustizia mosse il mio alto fattore:
Fecemi la divina potestate,
La somma sapienza e ‘l primo amore.

Dinanzi a me non fur cose create
Se non eterne, e io eterna duro.
Lasciate ogni speranza, voi ch’entrate.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Dolor plasmado.

Llueve, llueve, llueve sobre mi cabeza triste,

la vaga sombra del fracaso rondando,

con el alma partida, rota y cosida,

creo que la última vez perdí unos cuantos pedazos,

qué descuido, un poco menos de humanidad, una lástima;

camina, no, se arrastra, el cadáver empapado,

de lo que una vez fueron mis principios firmes,

ahora tan vulnerados, violados impunemente:

“¡Señora Amargura, me alegro de verla de vuelta!”

“La cruel incomprensión te hace sabio, hijo

¿Has aprendido a ser indiferente?”

“Sigo siendo humano aunque nadie se de cuenta.”

“Una lástima.”

Llueve y llueve y llueve sin tregua,

Ahogando mi impronta, el reflejo

de mi sombra en un cristal de hielo.

Alzando los ojos la claridad, con la que la oscuridad,

Impenetrable, se percibe, me ciega, me anula.

Me encierro en mi prisión etérea,

donde una trémula luz me consuela.

veloz acude el maestro de los hombres:

“Llora, pequeño, llora, pero luego levanta.”

Tras burlar a los centinelas áureos de mi encierro,

me tiende la mano el señor Odio,

le pregunto por la amable señora Amargura

y me responde que la ha llamado de vuelta.

Oculta la luz y su sombra me acoge y mece,

me levanta con suavidad, el gran Maestro:

“Quisiera enseñarte a odiar.”

“Señor, yo ya odio.”

“Si odiases no llorarías en tu etérea prisión.”

“Señor, yo lloro porque no quiero odiar”

“No eres humano, hombre-fiera.”

“Por eso lloro.”

jueves, 9 de diciembre de 2010

Infames.

El vulgo vocifera vilmente,

los ídolos olvidados yacen en un rincón,

reclaman burdamente un señor,

la libertad es un espejismo,

el reflejo de las aspiraciones

nobles trocadas por el miedo

a asumir responsabilidades.


Exigen un rey, un amo,

se agitan con violenta ignorancia,

denuncian injusticias sin sentido,

únicamente provocadas por la ruda,

grosera, tosca conducta inmoral

de una infame masa de necios.


Demandan atención,

ávidos de protagonismo,

agnósticos de la política,

farsantes patrióticos,

fieles a la religión,

atados a la tradición,

mentes vacías, reclamando un señor.


La fétida masa de desamparados,

pensando encontrar la felicidad,

se hunde en la burguesía,

en el sedentarismo abusivo

de la clase acomodada

entre hipotecas y deudas.


Hipnotizados por la estabilidad

añoran en secreto un cambio

que les permita ampliar su influencia.

Nutren un secreto deseo,

que consideran detestable,

de abandono y destrucción,

el espíritu animal exige su parte.


Se agita nervioso el vulgo,

por miedo a quedar en libertad

necesita ataduras y límites,

leyes y censura, represión,

que después es repudiada,

aborrecida y rechazada.



Recorre las calles, muéstrate,

demuestra a este gentío,

a estos petulantes charlatanes,

que tus versos valen más que sus vidas.

domingo, 5 de diciembre de 2010

Despertar tardío.

Los días se suceden automáticos, no aportan nada nuevo al alma dormida de un niño hipnotizado por el paso de los segundos. Cada instante se pierde en el vacío de la memoria desestructurada, donde la jerarquía de sueños se ha deteriorado hasta quedar en ruinas y reina la corrupción, señora del olvido.

Los objetos pierden luminosidad, la visión de los ojos tristes se empaña, la pereza invade los miembros y todos los pecados se cometen sin remordimientos. La mente, cautiva en sus propios aposentos se apoya en el alfeizar de la ventana y observa. El cuerpo es esclavo de las pasiones que mueven los actos de los hombres, la mente, esclava de la voluntad caprichosa de su propio cuerpo.

Cómo un autómata el niño cumple sus ínfimas aspiraciones, se rebaja al plano material, desterrando de sus pensamientos la idea de una realización espiritual y personal. Se sumerge con gusto en la vorágine vulgar de la vida de la masa buscando lo que le falta. No se da cuenta de que lo único que necesita se encuentra en su cabeza, presa de su propia naturaleza animal.

El raciocinio se esconde por miedo a desempeñar su papel, por miedo a descubrir algo perjudicial para la integridad física y moral del individuo. Huye de su deber y de su único propósito y el niño, ya adulto, le facilita la huida. La mente en su triste desdicha espera el regreso de su amante más preciado, aquel capaz de llevar a cabo la restauración de imperial poder. Pero ésta abandona a la masa poco a poco, niño tras niño, persona tras persona. La mente acaba perdiendo su espíritu de reina indiscutible y queda relegada a un segundo plano, adquiere el espíritu del esclavo.

Pero el cuerpo se agota, sus recursos van menguando, la edad comienza a demoler las estructuras celulares, los ojos se cansan, ya no brillan como de niño, los músculos pierden volumen y fuerza, los huesos se debilitan lentamente, el pelo pierde el lustro de antaño. La mente se retira de la ventana, prefiere no contemplar con impotencia la autodestrucción del aquel que la ha esclavizado, aún necesita desesperadamente al cuerpo ya que la mantiene con vida, incapaz de asesinar la única luz que ilumina, tenue, el camino que debería seguir pero que no sigue. Se tumba en su lecho, esperando lo inevitable y gradualmente se traslada al plano onírico, dejando atrás el estado de vigilia, agotada por el esfuerzo de seguir existiendo.

El individuo acaba por acusar el deterioro físico debido a la vejez. La vida ha pasado demasiado rápido, ahora todo es evidente, la muerte está más cercana que nunca y acaricia con su mano las almas de aquellos que se encuentran cercanos a la tumba. La mente yace en coma y el individuo ya no es anciano y sabio, sino viejo y olvidadizo.

Ya más vale que la muerte te acoja en su seno y dejes libre a la mente con que la caprichosa suerte te obsequió. Libérala, no eres quién para mantener cautiva a la evolución.

Despierta.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Pudiera ser.

Pudiera ser que el resplandor del Sol

quedase eclipsado por la melancólica Luna

y que esta perdiera su belleza lúgubre

por ocultar su fuente y desequilibrar la balanza.


Pudiera ser que un manto inmaculado

cubriese el azulado cielo y la cúpula nocturna

sin que la verdadera luz quedara olvidada

tan solo nublada por la húmeda inocencia.


Pudiera ser que los verdes árboles

muriesen por falta de amor, y yo con ellos,

sin que el universo se apenase por ello,

y los hombres de hierro tampoco.


Pudiera ser que olvidase lo que soy

y lo que quiero ser, para ser diferente

sin que el mundo lo notase siquiera.

martes, 26 de octubre de 2010

La creación se hunde.

Júpiter no truena desde el cielo,
Atlas sucumbió tiempo atrás,
Apolo vive ocioso,
Marte grita victorioso,
Diana se lamenta, angustiada,
Plutón habita la superficie.

Céfiro no agita los cabellos
de Venus, que yace apática
Baco no toca la flauta,
Faetón recorre la Tierra
Ardiendo se encuentra el Olimpo
Deucalión llora la dura pérdida.

Cabizbajo admira intimidado
el humano harto entristecido
con humilde sumisión
de la creación el devenir
advirtiendo el giro oscuro
y velado de la fría rueda.

¿Es la providencia quién decide?
¿El humano es tan solo títere
De alguna mente enfermiza?
¿Puede esta hacer enloquecer
a los hijos del caos, puede?
¿Puede? ¿O es simplemente una excusa?

Y son los humanos libres, y son
los humanos tiranos, y son
hambre, enfermedad, muerte;
deficientes sin remedio,
plaga que, sin control, se extiende,
avasallando, a la creación.

martes, 12 de octubre de 2010

Insuficiente.

Las noches son largas en invierno.El clima otoñal daba paso a un frió inmisericorde.La calles ya no las ocupan las personas, solo quedan montones de hojas color marrón apagado, sin vida, que se hunden en los charcos que dejan las tormentas nocturnas.Un viento espectral corría aquella noche, un viento cortante y afilado que no cesaba en su esfuerzo por arrastrar todo a su paso, por mucho que me opusiera.
Noté que tenía los ojos lloros, me apresuré a sacármelos con el la manga de la chaqueta que vestía.
Me pregunté como tantas noches donde estaba ella... Una vez más...Me es inevitable buscarla, donde quiera que este, siempre.
No me paré a pensar en el frió que atenazaba mis miembros, el paso rápido que mantenía ya no bastaba para hacerme entrar en calor.
Quizás aquella noche fue la que empecé a morir, aunque llevaba haciéndolo desde el inicio de mi vida.A fuerza de golpes uno acaba o muerto o insensible.Yo nunca seré insensible a la belleza, quizás por eso ahora estoy así, porque no supe darme el valor necesario que me merezco (muy por debajo del que pensaba) quizás así aprenda a no hacerme ilusiones.Por desgracia son lo primero que uno se hace y lo penúltimo que se pierde (lo ultimo es la esperanza,como suelen decir).Por desgracia es lo que me hace sufrir cada segundo de existencia.
Ya no encuentro el consuelo en historias inventadas, escritas para olvidar una realidad austera.
Ya no encuentro el consuelo solo con pensar en ella.
Dicen que uno solo se enamora una vez en la vida, yo no lo pensaba, por desgracia debo dejar a un lado mis creencias iniciales, de niño, ahora que se algo mas debo replantearme todo.
Mi alma parece tan lúgubre y vacía, pienso:¿Que podría ella encontrar en esta? Solo vacío moral y especulaciones sentimentales inacabadas.
No es suficiente, no soy suficiente, nada lo es.
Es raro redescubrir estos sentimientos en clave, escritos en código cuyo entendimiento a pocos es reservado.
Pero no entiendo como conseguir enterrar estos pensamientos bajo el manto de cotidianidad del que muchos hacen uso, no me pertenece.
Me digo, no te resignes a tus pensamientos, la vida que te deparan es demasiado oscura.
Pienso que tal vez salir a caminar de noche me ayude a combatir su dura presencia, acelero mis pasos.
Pienso que este ritmo, casi corriendo, les deje claro que no les pertenezco, que no me pertenezco.
Mi mente consipira contra mi a mis espalda, pienso.
Comencé a correr, el frió viento me azotaba la cara, estaba totalmente congelado de pies a cabeza:¿Por qué coño no entro en calor?
Los muertos no tienen calor, estan frios, al igual que el mármol que los encierra en sus prisiones eternas de piedra y silencio, de sueños de obsidiana.
Un cadaver viviente muriendo por congelacion bajo el manto de escarcha, de olvido, de resignación con el que sus propias ideas le atrapaban, mis ideas, mis pensamientos.
Comenzò a llover, seguía corriendo, mis pulmones no tenían el aire suficiente y me estaba ahogando.
Dejé atrás la luz de la última farola y entré en el mundo de las sombras, a merced de aquella tormenta helada salida del infierno.
Inutil, siempre fue inutil el huir de mi mismo, de no afrontar lo que tanto habia negado, lo que tanto he odiado y odio, mi caracter.
Frío, mucho frío, al igual que yo mismo, eso es todo lo que hay: Soledad.Por desgracia, eso es insuficiente para ella.
Y para mi.
Insuficiente

lunes, 27 de septiembre de 2010

Una tarde de otoño.

¿Hablan tus palabras el lenguaje del amor?
Susurran alegres sílabas, me saludan desde tus labios,
Me preguntan sí me gustaría acariciar tu mano;
Callo,
Me gritan que te abrace, quieren que dialoguen nuestras bocas,
En el húmedo juego de la ardiente pasión;
Callo,
¿Me miran tus ojos expectantes?
Son tan claros, envidio tu luz.
Aquí hace frío ¿Sabes? Quisiera que tu sol me calentase a mi también;
Callo,
No quisiera estropear este momento.
No te das cuenta de lo duro que me sería moverme, apartarme de tu mirada,
Concluir el ahora, enterrarlo entre recuerdos, como si fuera uno más;
Callo,
Quisiera regalarle el presente a tu mirada, que es efímero,
Me gustaría que lo entendieras, que perder el instante
Me produciría una tristeza infinita;
Callo,
Porque ninguna palabra,
Sería más elocuente que tu mirada,
Y ningún movimiento más ardiente,
Que el deseo que mueve tus pupilas,
Como brasas.

miércoles, 28 de julio de 2010

Oculto.

Es la obsesión de buscar aquello que no existe,
la Verdad en su esplendor, rayo de luz blanquecina
que despoja de todo color el alma de las letras
de estética tan cultivada.

Es el suplicio que sufre el buscador de tesoros,
que busca la leyenda que nació del mito
oculto tras generaciones de mortales,
el que sufre el poeta que lee los versos
malditos de quienes le precedieron,
inspirados por Dios o por sí mismos.

Muchos conocen el pesar que provoca la necesidad
de encontrar aquello que codicia el corazón,
y el remedio es pasajero, no es la solución
definitiva, solo la negra dama, eterna e indolente,
duerme la mente pensante a la dulce realidad onírica.

Y en el terreno de los sueños, siempre
inconsistente y mudable, los más íntimos anhelos
se cumplen, los deseos más personales se realizan
liberando al alma dolida de su tan pesada carga.

lunes, 3 de mayo de 2010

Anatomía de un payaso.

Llamamos payaso a aquella persona que es artista de circo y que se viste con trajes apropiados para provocar la risa al público. Pero no solo podemos encontrarnos a este tipo de payaso por la vida, hay también una segunda manera de definir a alguien como payaso e implica una connotación negativa: es aquella persona de poca seriedad que se empeña a toda costa en hacer reír y, haciendo gala de una mala educación considerable, que muchas veces resulta verdaderamente insufrible e insoportable.
Ustedes habrán oído decir seguramente que a algunas personas les dan miedo los payasos ¿Verdad? A mí también me dan miedo, no los de circo, está claro, sino los segundos, estos bufones contemporáneos.
A estos individuos los podemos encontrar por doquier pero, sobre todo, en las aulas de los institutos, donde se empeñan en hacer la vida imposible a sus compañeros de clase.
Muchos expertos en la materia de la educación nos dicen que a esta gente hay que ignorarla, con el fin de que dejen de llamar la atención constantemente. Yo opino que no es fácil, que habría que tener una paciencia desproporcionada y, que posiblemente habría que ser una persona moderada, nada impulsiva y con un carácter firme y temperado.
He de confesar que yo carezco de todo lo citado anteriormente y que, debido a esto, no soy capaz de soportar a este tipo de personas.
Pero otra cualidad que poseen estos payasos modernos es la de tener siempre a favor las circunstancias, nunca dan un paso en falso porque saben donde pisan. Con esto quiero decir que no es fácil pillar desprevenida a esta gente y es más difícil aún-si cabe- dejarlos en ridículo. Es así porque los espectadores, el publico que dictamina si una actuación ha sido graciosa o no, siempre están del lado del payaso, que parece simpático aunque en el fondo todos sepan que es todo lo contrario: una persona con una gran falta de atención, una persona que sufrió un trauma durante su infancia y que por eso persigue siempre ser el centro de las miradas, una persona que tiene miedo a pensar, que teme quedarse a solas con su mente y que por esto dice tantos desvaríos y sin sentidos que podríamos atribuir perfectamente a un tarado mental.
Decía que a estos payasos no se les puede pillar nunca desprevenido porque mantienen las circunstancias y las personas a su favor. De esto podemos deducir que este bufón no es otra cosa que un manipulador. Manipula a las personas para que se vuelvan unos contra otros aún a sabiendas de que estas personas saben lo cretino que es ¿Por qué continua entonces a molestar al prójimo? O porque se divierte o porque le gusta parecer un cretino ignorante- se me olvido añadir que estas personas no son personas de cultura- o porque le gusta ser el centro de atención para bien o para mal...
Por desgracia ninguna de las razones que he escrito anteriormente me satisface, porque sigo pensando en los payasos como en personas y me resulta muy difícil, casi imposible, asimilar que esta gente no utiliza la esplendida mente de la que la naturaleza nos ha dotado a nosotros los humanos. No lo logro concebir y quizás es por esto por lo que soporto a esta gente: por compasión.
No piensen mal, no soy un perdonavidas, pero sí que me entristece pensar que hay personas tan idiotas-en significado culto-que no saben cómo utilizar mininamente su propia mente y que no saben ponerse en el lugar de los demás.
Esto último que acabo de decir es otro de los motivos por los que intento ser un individuo comprensivo con los demás- aunque visto desde este punto de vista esto no parece una causa, sino una consecuencia- e intento tener un mínimo de empatía hacia quienes me rodean. Si alguno de ustedes ha leído un libro, que me ha abierto muchas puertas, de Fernando Savater titulado Ética para Amador seguro que sabe de lo que hablo.
Calibrando todas estas conclusiones me encuentro con la siguiente síntesis: un payaso es una persona-con todo lo que esto implica- que no sabe ponerse en el lugar de los demás y que se comporta en consecuencia.
Es por esto por lo que soporto, y no respeto, a esta gente- aún hablando de la segunda definición inicial-: por pena, por compasión infinita, por misericordia, porque soy incapaz de odiar a alguien que ha perdido la senda de la sensatez y no sabe distinguir lo que es bueno y lo que es malo para los demás y para sí mismo.

viernes, 30 de abril de 2010

Zero.

Solo cuando el ruido atronador forma un murmullo de fondo soy capaz de apreciar el sonido del silencio. Dura apenas un instante, es un momento de paz, de solemne adiós al mundano vivir. Cuando los sonidos opuestos se complementa se crea una calma, una esfera hecha a medida para quien sabe escuchar.
No hay música, no hay sonidos discordantes, todos están de acuerdo en formar una pantalla alrededor de mi persona.
Este silencio no es sino la suma de todos los sonidos que capta el oído: es el agua que fluye en una fuente, es el alegre canto de las golondrinas una tarde de primavera, es el húmedo sonido del beso de dos amantes, es el grito de los niños y el sonido de mis pensamientos.
Durante la noche no es otra cosa que el espacio de tiempo que hay entre una nota y otra en la Moonlight sonata de Beethoven. La ausencia de preocupaciones y demás problemas humanos. Es un sonido que podría acompañarme durante toda la eternidad, del que nunca me cansaría.
Pero cada vez es más difícil captar el mutismo del sonido. Cada día hay más y más rumores que atormentan al atento oyente. Y cada día echo de menos la soledad que proporciona la calma del vacío y añoro la libertad de la que ahora carezco.
¿¡Oh, armonía, donde te fuiste!? ¿Por qué no te encuentro? Creo que en algún momento fuimos uno solo, alguien mejor.
Solo cuando siento la trasparente soledad, que me proporcionan las personas, creo encontrarte. Pero me engañas, no te escondes en el silencio... ¿Tal vez en el ruido?
Daría todo lo que poseo por poder escucharlo otra vez, por poder añorar el ruido en vez de la ausencia, por poder cambiar de una maldita vez y pensar en la vida bulliciosa como algo bello y no como un tormento. Lo daría todo.
Pero nunca sería suficiente.

miércoles, 28 de abril de 2010

Despotismo.

El despotismo del que hacemos gala los humanos no tiene par. Es tan fácil creerse con derecho a criticar y a ridiculizar al vecino que hemos olvidado la maldad que esto esconde. No encuentro otra palabra para definir este comportamiento. Es un comportamiento malo.
Los prejuicios que tenemos y que mostramos nos impiden apreciar a las personas por lo que son: personas.
Normalmente siempre que conocemos a algo o a alguien nuevo tenemos nuestras reservas: no confiamos demasiado en esa persona, no hablamos más de lo justo, etc. Estos comportamientos en si no son nada despreciables, pues es normal la desconfianza ante lo desconocido. Pero los prejuicios son distintos: ese tiene la piel oscura, por lo tanto seguro que no es buena persona; ese no habla nada, seguro que es un maniático, etc. Estos comportamientos en sí son verdaderamente repugnantes, pues no hay ningún motivo para que estas nuevas personas que vamos a conocer paguen por el daño que otras personas, no tan buenas, nos han hecho. Es decir: no porque estos nuevos conocidos tengan alguna de las características de otros, que nos hicieron daño en su momento y que se comportaron mal con nosotros, tienen por qué ser iguales o parecidos.
Pero volviendo al tema principal: hablábamos de despotismo. Bueno, los adolescentes de hoy en día, entre por suerte y por desgracia estoy incluido, tendemos a criticar a las primeras de cambio. Criticamos cuando el otro opina de manera diferente, cuando hace algo que no nos parece adecuando, etc. Nosotros intentamos llevar siempre la razón sin respetar la opinión ajena. Esto la mayoría de las veces nos induce a error. Yo opino que no aceptamos y ni siquiera comprendemos la opinión del vecino porque no escuchamos. Estamos tan empeñados en llevar la razón que la mayoría de las veces no escuchamos lo que nos dicen los demás. No es algo con lo que nacemos, claro está, por eso mismo es algo que tenemos que adquirir con el tiempo. Hemos de tener en cuenta que la sociedad hodierna no promueve estos comportamientos. Para mí esto último es solo un aliciente para escuchar y prestar atención a las opiniones de quienes me rodean.
El despotismo nace de esto, es precisamente el abuso de poder o fuerza en el trato con las demás personas. Este abuso nace de la intención que tenemos de llevar siempre la razón y, a raíz de esto, a criticar a los demás de una manera que nosotros creemos correcta. Los prejuicios no son que otro abuso, pues el pensar mal de otras personas antes de conocer como son en realidad acorta las posibilidades de que dichas personas sean tratadas por nosotros como personas(lo que son).
No me gustaría generalizar, mas no me queda más remedio que hacerlo pues no quiero parecer un hipócrita. Los jóvenes tendemos al despotismo. Precisamente es eso lo que nos diferencia de los niños (criaturas inocentes): los niños aceptan a todo aquel que se le acerque y le hable, por muchos defectos que tenga; hay quien dice que los niños son crueles... es cierto, pero son crueles en su inocencia, pues piensan que a las otras personas no le importa que les hablen de sus defectos (seguro que no saben ni siquiera lo que son estos). Todo esto para decir que los jóvenes comenzamos a formarnos unos patrones, unos conceptos, que luego mantenemos durante la edad adulta y que son muy difíciles de cambiar.
El despotismo humano, señores, otro defecto que tenemos y que debemos empeñarnos en eliminar.

viernes, 23 de abril de 2010

Astros.

Mira la bóveda celeste,

observa la noche estrellada,

olvida el mundo terrestre,

acércate, asómate a la balaustrada.

Impoluto firmamento cargado de diamantes

verás, está aquí para ti, esta noche

millones de destellos fulgurantes

ante tus ojos, que derroche.

Está tan claro, y nada importa,

estamos ciegos de egocentrismo

cerramos los ojos ante lo que denota

que estamos muy faltos de civismo.

Cierto solo tenemos un suceso:

la maldita muerte marchita miles de amores,

y solo sientes el ánimo espeso,

demasiado falto de dulces colores.

A través de las estrellas fluye

el pensamiento tan odiado y tan amado,

un día serás parte de una de ellas, huye

inténtalo, no podrás y quedará como deseo irrealizado.

Es la esencia que portamos:

polvo cósmico, partículas recuperadas

de los ancestros astrales estamos

Formados, de oscuridades apagadas.

Y en la noche siempre eterna

disfrutaremos de un funeral,

que entre llantos y sollozos alterna

Una melodía ancestral.

Pero de momento observa

los destellos azulado,

que de infinitas almas conserva

estos deseos irrealizados.

Con una metódica métrica emocional

intenta expresar la turbación

que produce el ser presa de un silencio sepulcral

en lo más profundo de la pasión.

Pero catar la empalagosa calma de la noche

constituye la máxima aspiración de la razón,

así que contempla las sombras sin reproche

y deja que penetren en tu humano corazón.

lunes, 5 de abril de 2010

Hielo

Si tenía frío no lo demostraba.
Aunque los finos copos de nieve formaban una alfombra de hielo que cubría cada brizna de hierba el sol lucía con todo su esplendor, resplandeciente como nunca y tan lejano como siempre.
La claridad era abrumadora, un luminoso día.
Los árboles goteaban, los copos de nieve no habían llegado a cuajar y se fundían.
El calor del sol primaveral y la nieve invernal compartían el escenario aun sabiendo que el tiempo de la ultima se acababa ya, el blanco estaba fuera de lugar.
Era raro ver como a pesar de todo los elementos convivían con una armonía escandalosa, totalmente perfecta y natural, era él quien estaba fuera de lugar.
Las nubes acariciaban al sol con largos tentáculos grises, el sol las repelía con cortesía, como si fueran amantes indeseados, despechados.
Un baile digno de ver, un desfile de elementos caóticos que conviven armonicamente. Un espectáculo dulce con el que sueñan los poetas. El idílico paraíso sobre el que todos escriben.
Él era el espectador, estaba allí por casualidad. Estaba allí porque así quería, contemplaba el paisaje, absorto en sus pensamientos, mirando sin ver, recluido en su interior, donde la nieve se fundía con la proximidad de la sangre escarlata.
Un espectador pasivo, frío como el hielo, azulado, claro y pálido, congelado.
Y sus ojos miraban el infinito vacío blanco, como sus pupilas vacías, muertas, más blancas que la nieve, ausentes.
Mientras, en su interior, dormitaba bajo las mantas color carmesí, y los recuerdos se fundían con las aspiraciones bajo el níveo manto de la tranquilidad.
Y los elementos continuaban su disputa, ajenos al dolor y a la muerte, con armoniosa sencillez.
El corazón ya no late, ahora es uno de ellos.
Ajenos al dolor y a la muerte.

sábado, 27 de marzo de 2010

Mortal.

La playa estaba abarrotada de gente.
Hacía un día nublado, unas nubes ligeras que cubrían el sol, nada de importancia.
El mar estaba en calma, y yo también. Por una vez no tenía nada que temer, nada que pensar, nada de nada. Solo la calma.
Sopló una brisa incómoda que barrió la arena y creó remolinos de turbulenta arena fría, el sol no lograba superar la barrera.
Pero como todo lo que tiene un principio tiene un final, alguien interrumpió el paraíso melancólico en el que estaba inmerso.
Me miró e instintivamente lo seguí, no recuerdo nada de esa persona o ente, solo me dijo que me acercara al mar.
-Mira con los ojos, estás ciego.- susurró - Naciste para esto.-
Abrí los ojos, y fijé mis pupilas en la vasta inmensidad azul.
Y el las olas se oscurecieron reflejando las nubes, un océano negro, como mi temperamento.
-Observa-.
Las olas brotaron del mar como parásitos pugnando por salir de un huésped.
Rompían con tal furia que estaban partiendo la playa. Se tragaban la arena.
Y frente a mi nació el concepto. La muerte.
-Eso es. Naciste para esto.- repitió.
¿Sol?¿Donde estaba? No lo recuerdo.
La muerte se me presentó como una revelación de lo que soy, de lo que el ser humano es. Lo negué, lo negué, lo negué.
-Todo lo que tiene un principio tiene un final.-
-Entonces...¿Va a acabar esta pesadilla?- logré articular.
-Si. Acabará contigo-.
Entonces las lágrimas brotaron como sangre de una herida, abundantes y negras.
Y fueron a caer al mar negro, lágrimas negras.
Al mar negro, almas negras, muertas.
Y yo entre ellas. Muertos que caminan pensando no ser fruto del azar.
Lo entendí. Y el ente que me estaba mostrando mi final esbozó una sonrisa y, ligero como un soplo de viento, se fundió conmigo entre girones de niebla blanca.
Volví a mirar.
Incontables gritos ahogados aguijoneaban mis oídos, el dolor del ser humano, el castigo que nos hace ser lo que somos... lo que soy:
Mortal.

viernes, 12 de marzo de 2010

Un paseo por el infierno.

Con los primeros rayos del sol llegaron los cantos de los pájaros, un parloteo que llenaba el bosque. Los tonos grises de los que hacían gala los árboles fueron desapareciendo, y un verde brillante, como un éter de la vida eterna. Un mar de jade inundando una tierra de obsidiana.
Las densas brumas de la noche se deshacían en jirones sin forma y finalmente desaparecían.
En las pupilas de sus ojos se reflejaba el espectro de colores que se materializaban a una velocidad de vértigo.
El mundo volvía a nacer de sus cenizas otro día mas;
En el cielo celeste despuntaba un sol radiante, el escarlata del alba quedaba atrás.
Sumergido en ese colorido maremagnum de sensaciones no escuchaba cada sonido en particular, solo la sinfonía que el encinar le ofrecía. Una sinfonía visible y audible, empalagosa, dulce y pastosa, soberbia y sublime, sofocante y refrescante.
Y cada ruido era una nota, cada piar un acorde. Y en el cielo lapislázuli quizás los dioses estuvieran disfrutando de un bello despertar; quien sabe, quizá el encinar los deleitara todas las mañanas con ese clamor paradisiaco, con ese concierto simple y delicioso.
Nunca había sentido la vida con la claridad propia de un iluminado, jamás se había jactado de disfrutar, pero merecía la pena gritarle al mundo lo que estaba perdiendo.
Un grito agudo, un chillido contra la ipocresía y la insensibilidad, un grito contra el poder de los hombres, una llamada a la suprema Madre.
Y gritó, como nunca lo había hecho, ahogando la sinfonía matutina, desatando ríos de rabia que inundaron la mañana.
Cerró los ojos.
Y los abrió.
Las nubes cubrían el cielo, nubes negras carbón, tan densas que la oscuridad era casi total, ni un rayo de sol lograba acariciar la superficie.
Tensó el oído, nada, un silencio sepulcral llenaba el bosque, tan negro como las nubes, como la tierra, como la barrera que levantaba cada segundo envenenando sus sueños y sus deseos, sus aspiraciones y metas.
El vacío era un abismo, tragaba cada encina, cada pájaro silencioso, cada sonido, cada soplo de viento.
De la naturaleza muerta, de la sinfonía del bosque nació un retoño de cemento, tan duro y despiadado como cualquier humano, tan deforme y monstruoso como cualquier objetivo logrado.
Y tenía hambre, mucha hambre.
Engullió cada hectárea, con ansia asesina y sobrehumana, lamiendo la savia de cada árbol, descuartizando el bosque miembro por miembro creando un espectáculo grotesco.
Creció hasta engullir todo lo bello que existía, destronando a la Madre y matando a sus vástagos, y de los huesos de los hijos nacieron sus engendros de hierro y acero.
El grito se perdió entre las lujosas avenidas, entre los festines de mastines y entre los huesos de los precursores.
Pero nadie lo oyó.
Y se perdió en el olvido.

viernes, 26 de febrero de 2010

Escarcha

En lo más hondo de su ser algo se removió.
Creía tenerlo encerrado, en lo mas profundo de su mente. Ese mal, por el que tanto había sufrido, del que siempre había querido librarse.
Ahora estaba allí. Frente a él. Dentro de él. Como una plaga de diminutos seres pútridos e inhumanos que reptaban bajo su piel y atenazaban su corazón, una vez más.
Nuevamente se encontraba solo, y sus miedos le mordían, le arrancaban cada tira de alma, si, su alma, deseó no haberla tenido nunca porque el dolor de perderla le resultaba insoportable.
Cada segundo que pasaba con esa podredumbre en su interior era una agonía.
En sus oídos rechinaban miles de chillidos agudos como agujas, dolía.
Y su mente era un santuario a la muerte.
Se preguntó mil veces si llegaría a sentir el calor de otro cuerpo, pero sabía que nada sería posible mientras aquel frió recorriera su cuerpo.
Otra vez solo, otra vez enfrentarse al odio, al desamor, a la ira, a la muerte.
Se hubiera podido enfrentar a esos sentimientos fríos y a la certeza de la muerte cada día, cada segundo.
¿Pero era humano vivir así, sin ninguna esperanza, evadiendo la realidad?
Él lo sabia,maldita sea, lo sabía. Pero desconocía el Por qué.
Albergaba ciertas esperanzas en encontrar un remedio. Calor.
Pero que iba a hacer, podría enfrentarse a cualquier cosa, menos a si mismo.
Una mezquindad ciega se apoderó de su humor. La estúpida risa de niño dejo paso a una mueca de austeridad, de falsedad, superficial.
Sus ojos olvidaron la pupila marrón. Infinitas pozas oscuras, fangosas, grises, turbias, ocupan su lugar.
El resultado de alguien que quiso vivir y no pudo, y toda un inexperiencia se reflejan en esos trágicos ojos sin vida, en esa cadavérica mirada, en esa demacrada tez.
Cadáver en vida. Era inútil buscar una salida, la luz del sol no traspasaba las nubes de la duda, de la fobia demencial que encogía su corazón y su mente.
Su mente... Todo lo bello había desaparecido ya, y en su lugar se alzaba una catedral gótica, oscura como una noche sin estrellas y sin luna, y en cada recoveco una mirada, un recuerdo, que pugna por salir con ojos rojizos y hocico de roedor, dispuesto a devorar su carne y su músculo.
Los demás aparecía y desaparecían tras un velo negro protector. No había nadie mas allá de él y, aunque pensaba que el existía, no era nada sin el todo, no era nada si se excluía.
Fueron quedando atrás las bonitas palabras, las dulces miradas, las carcajadas inocentes.
Llegó a olvidar todo aquello, todo lo preciado que le quedaba, y se obligo a buscar una luz en las tinieblas.
No se dio cuenta de que avanzaba en el sentido equivocado, se acercaba a un callejón sin salida, a una trampa tejida con las agujas del odio y desprecio.
Y esa luz no era sino un espejismo, una burda copia de lo que llevaba en su interior, un intento de ser mejor de lo que era en realidad. Era eso lo que veía, y lo que no dejaba de ver.
Se arrastró por las arenas del desierto negro, donde solo existía el pesimismo y se aborrecía aquello que era positivo.
En su instinto se encontraba el ímpetu de la juventud, el intento de sobrevivir a esa locura, pero no era suficiente.
Y llegó a preguntarse:
¿Cómo ser capaz de amar a los demás, de apreciar aquello bello, de ser capaz de eliminar los malos sentimientos de su cuerpo, si no era capaz de amarse a si mismo?
Mientras tanto, el frió se apoderó de sus miembros.
Una fina capa de hielo.
Escarcha.


miércoles, 17 de febrero de 2010

Felonía.

Sonríe y susurra:-El caminante sin camino corre en pos de su destino...-.
Conmovedor.
-¿Acaso importa?- Replica.
El embuste no hace mella en su conciencia.
-No-.
El viento se lleva sus palabras,lejos.
-Que se pudra en el infierno- Desea en voz alta.
Intercambian una mirada.
-¨Ojala fuera tan fácil¨-Piensan.
En la lejanía el aullido de un lobo les provoca una ligera inquietud.
-En el infierno...-Repite casi delirando.
Unas gotas de agua acarician sus mejillas. Se detienen simultaneamente. Sus ojos lo dicen todo.
-Estamos malditos- Dice para si mismo.
Reinician la marcha.
-Todos lo estamos-.
Unas densas nubes cubren el cielo. Encapotado.
Un denso silencio se apodera del pinar. El aullido de un lobo rasga el cielo.
La claridad se apaga por segundos.
El entramado bosque es una trampa mortal.
-Vamos a morir- Afirma.
-Tarde o temprano todos lo hacemos- Contesta.
-Prefiero más tarde que temprano- Solloza.
Una lágrima resbala por su pómulo, o quizás una gota de lluvia.
Se deja caer al suelo.
Se detiene en seco, la mira.
El resplandor metálico de un rayo cruza el firmamento semi nocturno.
-Las estrellas son siempre las mismas, incluso aunque ya estén muertas- Dice mientras posa su mirada en el cielo.
Pero hoy no hay ninguna.
Las nubes negras, símbolo de mal presagio, les impiden ver ese espectáculo.
Con suerte hubieran visto una estrella fugaz.
Con suerte hubieran visto que El cometa hoy cubriría el cielo.
Con suerte hubieran visto la impresionante lluvia de meteoros que se precipitaba a una velocidad de infarto hacia la tierra.
-La muerte es tan... definitiva- Gime.
-Y sin embargo, es todo lo que tenemos- Responde.
Rayos. Arañan el paisaje.
-¿Por qué estamos aquí?- Pregunta, angustiada.
-Por casualidad, naturalmente-.
-Las casualidades no existen-.
-Ya ves que sí-.
-Me niego a aceptarlo-.
-Nadie te ha pedido que lo hagas-.
Rompe a llorar, las fatigas de los últimos días la han debilitado, ha perdido el valor de antaño. Una sombra de lo que fue.
Y él vive de su recuerdo.
-Eres demasiado duro-. Dice tras reponerse.
-Es lo que se espera de mi-. Replica mirando el vacío.
Demasiado lacónico.
-¿Me odias?-.
-Te amo-.
-¿Enserio?-
-No-.

martes, 9 de febrero de 2010

Él.

En los desatados latidos de mi corazón se intuía una emoción contenida,
acabé pensando que los caminos del Señor eran del Demonio,
y que bien me habían tratado en este infierno de cemento.

El Dios al que tantos adoraban, al que tantos criticaban,
¿Y si sea tratara de una ilusión? ¿Y si solo fueran palabras vanas?
La vulgaridad de las masas convertida en un trastorno permanente,
y esta figura es la causa, una chispa en el verano.

Y ahora todo se consume, entre las llamas del fanatismo,
y nada Le sobrevivirá,
porque sus caminos no son de luz, son de fuego.

Ese idílico paraíso no es otra cosa que un infierno dantesco,
la tierra prometida no es más que un espejismo,
y los opulentos festines no son mas que palabras.

Ni sus caminos son inescrutables ni Él es eterno,
morirá con nosotros, el final de la gran representación
donde no somos más que actores.

martes, 26 de enero de 2010

La armonia de lo oculto

La dulce melodía de tu alma,oh
es tan pulcro ese declinar armonioso de tu voz
un timbre simple en su compleja dejadez
una nota de colorida ignorancia en este páramo
pero no es hoy el día
porque la noche se acerca
y no es tu luna la que resplandece en el cielo
sino mi sol el que permanece apagado
Aguarda, espera al amanecer,
el ocaso acaba de empezar,
Aguarda, espera al amanecer,
el ocaso acaba de empezar.
No son mías las manos que hoy te acarician,
están tejiendo el destino que aguarda tu sonrisa
no son mías las letras que mis dedos entrelazan,
son tuyas las palabras que aguardan en mis labios
Sublime es la luz de luna,
pero se eclipsa en tu presencia,
y solo mis pupilas captan cada detalle dibujado en tu rostro,
y solo mis dedos acarician lo que otros definieron invisible,
Pero hay tiempo, descansa,
el amanecer esta lejos,
Pero aun falta, duerme,
el ocaso no ha acabado.
No te precipites, aquel que busca encuentra,
el delirio no te muestra el camino,
ni la desidia el tutor adecuado,
en la negligencia se encuentra lo diabólico,
que es venerar aquello inacabado.
¿Pero donde reside la idea de la perfección?
Quizá en tu belleza turbadora,
en tus profundos pozos grises,
quizá en tu muerte y en la mía,
o en nuestra corta vida.
Acercate,la noche es larga,
y la vida corta,
Muestrate,hay tiempo,
dame la certeza de tu existencia.
Pero solo mientras las estrellas espíen nuestros corazones,
y nos rocíen las tenebrosas tinieblas,
y sus oscuras auras, son negro azabache.
Pero solo mientras el dolor permanezca oculto,
y no aflore la duda en nuestras mentes,
y no se siembre el terror en nuestras almas.
Solo mientras el amanecer esté lejano,
habrá cabida para nuestra existencia.

sábado, 16 de enero de 2010

Cuando tu no estabas.

Dime que la vida merece la pena, que no acabaras pudriéndote por los recuerdos engendrados en una juventud feliz. Dime que no es mejor el vacío que nos ofrece la muerte. Convènceme de que hay algo más que esto.

Algo aprendí en el caos interdimensional que nos rodea: solo las grietas sanan el alma. Solo la muerte te salva de la vida. Solo el amor te salva del olvido. Y el recuerdo es lo único que puede congelarte las venas con riesgo de paro cardíaco.

La escarcha en mi pensamiento no se funde con el calor del sol, solo se atenúa con la soledad de un libro, o con el tierno sentimiento amoroso que me falta, que nos falta a todos.

Tal vez sea eso lo que nos una como individuos. No el color de piel, no el pensamiento hipócrita que las religiones ofrecen, sino la necesidad.
Necesidad de sentirnos queridos,deseados. De sentirnos alguien en esta vorágine.
Necesidad de creer que el amor domina al odio, que en el Esfero si que se manifiesta la vida.

La condena, el suplicio de la existencia, es la misma existencia, y el castigo de la evolución es la capacidad de pensar, de saber que existimos. Somos Eva, y robamos la manzana del Edén. El conocimiento no es nuestra salvación, sino nuestra condena;pero, a la vez que un veneno, es un calmante a la angustia natural que siente el ser humano.
Siempre me pregunto y me preguntaré si la evolución de primates a seres con capacidad de pensar por si mismos mereció la pena.

¿Que elección me dejó la No-existencia?Ninguna, ahora estoy condenado, ojala nunca hubiera tenido a que ver con esto.Pero seguro que todo es un juego, y nosotros el juguete.
Nos matamos entre nosotros por pura diversión cósmica.Por que lo tenemos que hacer queramos o no, estamos obligados, estamos condenados, y yo el primero.

Escribir es solo la manera de descargar mi frustración en prosa. Estas palabras son veneno, y ya corrompieron mi mente. Tal vez sean los libros, ponen en acción mi bomba de destrucción masiva, una bomba de relojería, no se cuanto tiempo me queda, pero estas cuestiones son el detonante. Solo en ti encuentro el tiempo que necesito, y en ti pienso cuando escribo, Musa.

El hilo narrativo no es claro, turbia es la realización del documento.Turbios son los sentimientos que alberga. Y mas oscuras las esperanzas que esconde.

Creando muros de hormigón, que se tornaran de papel.

Tu es lux mei mundi.

miércoles, 13 de enero de 2010

El juego del angel.

Lo peor es cuando no existen palabras para espresar lo que siento, y es un infierno, que los actos en este caso no sirvan.Cuando mi repertorio de opiniones,conjeturas y creencias queda vacio me siento mas vulnerable que nunca, expuesto.Y es cuando una simple palabra, un soplo de aire, convierte mis sentimientos en un sinsentido huracanado que gira a toda velocidad en mi mente.

Y que poder tienes,oh desgraciado angel, que poder tienes sobre mi.Un poder que yo no te ofrecì, que tu no quisiste y no quieres y aùn asì ahora tienes.Y soy yo el que sale perdiendo en este caos, soy yo el que sufro por cada movimiento tuyo, por cada segundo que pasa, una agonia inenarrable.
Si, cada suspiro es una agonia, cada mirada me atenaza las entrañas en una presa de hierro, ya no vale ofrecer el corazòn.

Se que me destrozo por dentro, pero yo no elegì sufrir cuando aùn no estaba curado, cuando las cicatrices en mis emociones aùn sangran.

Pero que dificil es jugar con la palabras, ahora si que me siento solo, tu abandonaste el juego y te llevaste las cartas.Ahora sangro tu perdida, con ella te llevaste mis principios.Ahora lloro mi ausencia, porque yo sigo contigo.

HELLO DARKNESS MY OLD FRIEND,
I¨VE TO TALK WITH YOU AGAIN...