El deseo implícito de una mente desquiciada.

Per me si va ne la citta’ dolente,
Per me si va ne l’eterno dolore,
Per me si va tra la perduta gente.

Giustizia mosse il mio alto fattore:
Fecemi la divina potestate,
La somma sapienza e ‘l primo amore.

Dinanzi a me non fur cose create
Se non eterne, e io eterna duro.
Lasciate ogni speranza, voi ch’entrate.

martes, 11 de enero de 2011

Conferencia sobre Petrarca (parte I).

Hoy (11-1-2011) he asistido a una conferencia que Francisco Rico, director de la Real Academia Española y afiliado a otras muchas academias de importancia europea e internacional, ha dado en la fundación Juan Match, en Madrid.

Antes de nada he de reconocer que no soy una persona muy activa, en el sentido de que no sigo demasiado los eventos de este tipo, como conferencias, presentaciones, actos públicos con motivación cultural. Tal vez debido a mi juventud o a mi supuesta falta de tiempo. La razón por la que expongo de manera resumida el tema tratado en la conferencia es por que tengo bastante interés en la poesía y más si ser trata de uno de los grandes de la cultura italiana y europea, como en este caso.

Francisco Rico exponía la vida, la obra y la época del gran poeta italiano Petrarca, que vivió en el siglo XIV.

Sin embargo, creo que nadie os podría explicar mejor que Rico, o tal vez los folletos de información que se reparten a la entrada de la Fundación y que, por desgracia, olvidé coger.

El argumento se divide en dos partes que se representan en distintos días, lo que me recuerda que si a alguien le apetece venir el jueves día 13 de enero de este año a las 19,30 empieza la conferencia; yo aconsejo ir con una antelación de al menos media hora.

La primera parte se centra en la vida de Petrarca, en su identidad, en la época en la que vivió, con una pequeña síntesis de la situación política y en su obra, por supuesto.

La segunda parte, a la que asistiré y sobre la que escribiré otra entrada, supongo que se versará en la parte poética del escritor, en la parte personal de su vida, en sus sentimientos y, casi seguro, en su amor por Laura, su mujer ideal.

La conferencia comenzó con una anécdota cómica: Rico había olvidado sus notas y esquemas sobre Petrarca, que pensaba utilizar durante el discurso, en el taxi en el que había venido. Así que el filólogo tuvo que hacer un esquema mental, que no estuvo nada mal, pero que no consiguió, a falta de tiempo para hacerlo, transmitir todas las ideas que hubiera querido.

El discurso se llevó a cabo de una manera amena, con un lenguaje dirigido al público medio, con algunas frases en latín, que posteriormente tradujo, y con algunos “excursus” con fines didácticos. El tono utilizado por el catedrático fue explicativo, con intención de informar de manera clara y precisa al público presente. Todo esto hizo de la conferencia llevadera y simpática, muy didáctica e interesante, lo que se daba por descontado.

Siguió con la vida de Petrarca, sus orígenes: nació en Arezzo, cerca de Firenze, en el 1304, en el seno de una familia acomodada. Rico hizo una aclaración sobre el padre de Petrarca, Ser Petracco, y sobre la infancia de Petrarca, trascurrida en Avignon, en aquel momento sede de la curia papal.

Más tarde prosiguió por los estudios de Petrarca, su predestinación a contable, por parte de padre, se vio truncada por su afición a las letras clásicas, de las que admiraba la forma en un principio y más tarde los valores que trasmitían.

Hizo una breve descripción de la situación política de las familias a las que Petrarca sirvió. Vino acompañada también por la aclaración del empleo de Petrarca, pues no vivía sin hacer nada, es más, sirvió a varias familias de importancia en el Norte de Italia, gracias a las cuales subsistía y podía desarrollar su arte. También obtenía beneficios de la Iglesia, esto es, había decidido entrar en el orden eclesiástico obteniendo un beneficio que le permitía viajar y hacer lo que él quería, escribir y descubrir textos clásicos.

De hecho, esta es la versión de Petrarca que Rico presenta al público en la primera parte de su conferencia: el Petrarca filólogo, padre del Humanismo, aquel que descubrió una gran cantidad de textos clásicos romanos mediante una larga indagación y gracias a unos viajes que hizo por parte de Europa; seguramente el otro lado, tal vez más atrayente de Petrarca, es decir, su faceta como poeta, lo haya dejado para la conferencia del jueves.

Siguió la exposición con los escritos de Petrarca, considerados de manera muy crítica por Rico, que intentó dar una visión general de libros como Secretum, De remediis, De viris ilústribus… El famoso Canzoniere, el plato fuerte, lo ha dejado para el siguiente día.

Finalizó con una apreciación general sobre la vida de Petrarca, sobre aquella faceta que tal vez conocemos menos y que es la más importante, más incluso que la de poeta.

He de decir que la proximidad con la que Francisco Rico trató a Petrarca durante toda la conferencia es bastante meritoria y notable. Es apreciable cómo el filólogo ha interiorizado al famoso poeta florentino y exprime sin tapujos su opinión, muy elaborada, sobre la vida y la obra de este maestro.

Tampoco se puede negar que ha sido una exposición muy crítica, esto es, Rico ha demostrado con argumentos cuales son las partes del Petrarca que conocemos que son falsas, casi todas, cuales de sus escritos son realmente de interés y qué debemos creer sobre lo que Petrarca dice de si mismo, que suelen ser casi siempre mentiras.

El filólogo logra, al final, definir la personalidad de este gran poeta y logra trasmitir al público cuales son los puntos fuertes de su vida y de su obra.

Personalmente solo puedo decir cuanto me ha sorprendido la claridad con la que este hombre comprende al autor italiano y, más que nada, cómo es capaz de crear una visión muy crítica pero acertada sobre lo quién era en realidad Petrarca.

No exagero cuando digo que espero con impaciencia la segunda parte de la conferencia. No se olviden, este jueves (13-1-2011) tienen una cita importante con el poeta italiano Petrarca, interpretado por este gran filólogo de la actualidad mundial que es Francisco Rico; una delicia ¡No falten!

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