Estimada conciencia,
he comprendido que para ser único
e individual he de ser primero uno con el mundo. Sé que muchas veces lo has
escuchado “uno con el todo” sí, parece sencillo. Pero yo no me siento identificado
con el cemento que forma los edificios, con el suelo que piso, con el olor a
gasolina. No, no me siento uno con todo eso, luego me doy un paseo hasta el
parque más cercano donde me siento descalzo a la vera de un eucalipto y ahí
descanso la mente, escuchando el sonido de la vida que la humanidad ha
enterrado. El trino de un pajarillo negro y blanco, el familiar sonido de las
palomas, la caída initerrumpida de millares de gotas de agua cayendo de un
remanso a otro unos metros más allá... el constante repiqueteo de las hojas en
el azul del cielo, la fragancia del eucalipto que miro fijamente... Uno es el
resultado, una misma fuerza que lo mueve todo, que le da vida y que hace que
sea maravilloso. Me mueve a mi también, pero creo que la ignoro, es como cuando
tienes algo en la punta de la lengua (y tú nunca, querida conciencia, lo has
tenido) y por mucho que lo intentas no lo recuerdas, aunque notas el regusto
familiar de algo que está tan cercano, tan familiar, aunque lo sientes, lo
percibes ahí, tan, tan, tan extrañamente tuyo y personal, casi como un secreto que
no quisiera ser revelado... y, de golpe ¡Lo tienes! Durante un segundo se insinúa
en ti, conciencia, pero lo olvidamos, lo olvidamos... y entonces esa sensación
tan triste, de derrota, fracaso y abandono nos envuelve... La unidad me rodea,
sí, es mía y yo soy suyo y aún así, no la logro abrazar ¿Entiendes acaso lo que
eso significa para mi? Imagínate encontrarte en el séptimo cielo, en el paraíso
que prometen las religiones... ¡Y estar ciego! ¡Y estar sordo! ¡Y no sentir, ni
oler, ni gustar! ¡Saboreo la vida como aquel que carente de papilas gustativas
es incapaz de distinguir una comida excelente de una pésima excepto por el
aspecto! El eucalipto, el pájaro que trina, el riachuelo que fluye, el cielo
azul, las hojas verdes, el mundo dorado... ¡Se reducen a simples desconocidos!
Yo, yo... Ego sum... ¿Soy qué? ¿Acaso individual, acaso diferente de la tierra
que piso? Si la tierra me pisase a mi sería lo mismo, un dolor atroz y luego
nada más, lo mismo... ¡Tú, sí, tú, se que estás leyendo esto a la misma vez que
yo lo escribo! ¡No lo aceptas! ¡Estúpida! ¡Egoísta conciencia! ¿Por qué no me
crees? Te estoy dando un valioso consejo y tu haces oídos sordos... Tú no me
escuchas, no me quieres entender... No quieres ahorrarme el dolor de sentirme
solo y aislado cuando soy de la misma sustancia que el resto del creado. Si
reconocieses eso ahora olvidarías todos los miedos que guardas atesorados en tu
interior ¡Como si fuesen a salvarte! Tienes miedo de cambiar, lo sé, pero hagas
lo que hagas, recuerda que es lo mismo, que aunque cambies sigues siendo tú,
que aunque escapes a la cárcel donde los prejuicios cierran tu salida y tus
fobias son las cadenas que te atan seguirás siendo una, inseparable del todo
pero única en su seno, como las chispas de una hoguera, son diferentes unas de
otras pero forman parte de la misma hoguera. Compréndelo tú también, yo ya lo
hice, pero para asimilarlo tú debes aceptarlo. No soy nada sin ti, querida, ya
lo sabes.
Somos uno con el todo, y nuestra vida es simplemente la
manifestación de una sola forma, una sola posibilidad entre infinitas, así que
es una casualidad, mera casualidad que yo escriba esto... y que tú lo leas
antes que se pierda en la informe masa del tiempo sin tiempo y del retorno
infinito.
Vale.
La unidad con el todo es una búsqueda sin búsqueda, primero debes callar tu conciencia, abandonar las palabras y los deseos, no pensar en "éxito" ni en "frustración", no hay que pensar.
ResponderEliminarNo es olvidar, simplemente aquello que has encontrado sin buscarlo ha vuelto a perderse en alguna parte de tu ser.
Tú sigue descansando la mente rodeado de la naturaleza, así verás como ese instante de percepción en el que todo está claro empezará a hacerse más largo, notarás como el tiempo es increíblemente flexible.
La conciencia nos hace humanos, no?
ResponderEliminartodo eso es lo que nos hace humanos, y la conciencia lo sabe...
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