El deseo implícito de una mente desquiciada.

Per me si va ne la citta’ dolente,
Per me si va ne l’eterno dolore,
Per me si va tra la perduta gente.

Giustizia mosse il mio alto fattore:
Fecemi la divina potestate,
La somma sapienza e ‘l primo amore.

Dinanzi a me non fur cose create
Se non eterne, e io eterna duro.
Lasciate ogni speranza, voi ch’entrate.

martes, 13 de septiembre de 2011

Concienci(a)uda Epístola


Estimada conciencia,
                               
                                  he comprendido que para ser único e individual he de ser primero uno con el mundo. Sé que muchas veces lo has escuchado “uno con el todo” sí, parece sencillo. Pero yo no me siento identificado con el cemento que forma los edificios, con el suelo que piso, con el olor a gasolina. No, no me siento uno con todo eso, luego me doy un paseo hasta el parque más cercano donde me siento descalzo a la vera de un eucalipto y ahí descanso la mente, escuchando el sonido de la vida que la humanidad ha enterrado. El trino de un pajarillo negro y blanco, el familiar sonido de las palomas, la caída initerrumpida de millares de gotas de agua cayendo de un remanso a otro unos metros más allá... el constante repiqueteo de las hojas en el azul del cielo, la fragancia del eucalipto que miro fijamente... Uno es el resultado, una misma fuerza que lo mueve todo, que le da vida y que hace que sea maravilloso. Me mueve a mi también, pero creo que la ignoro, es como cuando tienes algo en la punta de la lengua (y tú nunca, querida conciencia, lo has tenido) y por mucho que lo intentas no lo recuerdas, aunque notas el regusto familiar de algo que está tan cercano, tan familiar, aunque lo sientes, lo percibes ahí, tan, tan, tan extrañamente tuyo y personal, casi como un secreto que no quisiera ser revelado... y, de golpe ¡Lo tienes! Durante un segundo se insinúa en ti, conciencia, pero lo olvidamos, lo olvidamos... y entonces esa sensación tan triste, de derrota, fracaso y abandono nos envuelve... La unidad me rodea, sí, es mía y yo soy suyo y aún así, no la logro abrazar ¿Entiendes acaso lo que eso significa para mi? Imagínate encontrarte en el séptimo cielo, en el paraíso que prometen las religiones... ¡Y estar ciego! ¡Y estar sordo! ¡Y no sentir, ni oler, ni gustar! ¡Saboreo la vida como aquel que carente de papilas gustativas es incapaz de distinguir una comida excelente de una pésima excepto por el aspecto! El eucalipto, el pájaro que trina, el riachuelo que fluye, el cielo azul, las hojas verdes, el mundo dorado... ¡Se reducen a simples desconocidos! Yo, yo... Ego sum... ¿Soy qué? ¿Acaso individual, acaso diferente de la tierra que piso? Si la tierra me pisase a mi sería lo mismo, un dolor atroz y luego nada más, lo mismo... ¡Tú, sí, tú, se que estás leyendo esto a la misma vez que yo lo escribo! ¡No lo aceptas! ¡Estúpida! ¡Egoísta conciencia! ¿Por qué no me crees? Te estoy dando un valioso consejo y tu haces oídos sordos... Tú no me escuchas, no me quieres entender... No quieres ahorrarme el dolor de sentirme solo y aislado cuando soy de la misma sustancia que el resto del creado. Si reconocieses eso ahora olvidarías todos los miedos que guardas atesorados en tu interior ¡Como si fuesen a salvarte! Tienes miedo de cambiar, lo sé, pero hagas lo que hagas, recuerda que es lo mismo, que aunque cambies sigues siendo tú, que aunque escapes a la cárcel donde los prejuicios cierran tu salida y tus fobias son las cadenas que te atan seguirás siendo una, inseparable del todo pero única en su seno, como las chispas de una hoguera, son diferentes unas de otras pero forman parte de la misma hoguera. Compréndelo tú también, yo ya lo hice, pero para asimilarlo tú debes aceptarlo. No soy nada sin ti, querida, ya lo sabes.
Somos uno con el todo, y nuestra vida es simplemente la manifestación de una sola forma, una sola posibilidad entre infinitas, así que es una casualidad, mera casualidad que yo escriba esto... y que tú lo leas antes que se pierda en la informe masa del tiempo sin tiempo y del retorno infinito.

Vale.

3 comentarios:

  1. La unidad con el todo es una búsqueda sin búsqueda, primero debes callar tu conciencia, abandonar las palabras y los deseos, no pensar en "éxito" ni en "frustración", no hay que pensar.
    No es olvidar, simplemente aquello que has encontrado sin buscarlo ha vuelto a perderse en alguna parte de tu ser.
    Tú sigue descansando la mente rodeado de la naturaleza, así verás como ese instante de percepción en el que todo está claro empezará a hacerse más largo, notarás como el tiempo es increíblemente flexible.

    ResponderEliminar
  2. todo eso es lo que nos hace humanos, y la conciencia lo sabe...

    ResponderEliminar