El deseo implícito de una mente desquiciada.

Per me si va ne la citta’ dolente,
Per me si va ne l’eterno dolore,
Per me si va tra la perduta gente.

Giustizia mosse il mio alto fattore:
Fecemi la divina potestate,
La somma sapienza e ‘l primo amore.

Dinanzi a me non fur cose create
Se non eterne, e io eterna duro.
Lasciate ogni speranza, voi ch’entrate.

miércoles, 5 de enero de 2011

Curiosidad.

Curiosidad es la necesidad de saber mucho acerca de algo en particular; al contrario el ansia de saber es la voluntad innata que todo ser humano tiene o debería tener y consiste en el querer saber mucho acerca del entorno que lo rodea, de los procesos que se cumplen en el ambiente en el que vive, de los sistemas que comparten su espacio vital y de todo lo que de alguna manera lo incumbe. Eso decía Schopenhauer.

Por desgracia este instinto del ser humano no me parece algo de lo que debamos enorgullecernos, aunque tal vez en este consista nuestra salvación como especie.

Retomando los argumentos del filósofo Rousseau, que vivió durante el triunfo del iluminismo francés, aunque es considerado un superador de esta doctrina puesto que entro en conflicto con aquellos que postulaban la necesidad de establecer la razón por encima de todo lo demás… (disculpen el “excursus”) donde él afirma que en los albores de la humanidad los hombres vivían individualmente, sin necesidad de establecer una sociedad ni una jerarquía, se podría deducir que estos seres primitivos no tenían el instinto que yo antes he calificado de “innato”. Si estos hombres no vivían en sociedad no podían tampoco mantener un conocimiento básico, es decir, lo que cada hombre descubría moría con él puesto que el saber no era transmitido ni se acumulaba. Según Rousseau esto se mantuvo así durante mucho tiempo, sin compromisos, un mundo salvaje para unos hombres primitivos cuyas únicas agrupaciones eran aquellas que se creaban por necesidad, sin el establecimiento de ningún vinculo duradero- lo que ahora consideramos una familia se podría decir que antes no existía-.

Entonces se podría decir que lo que caracterizaba al hombre no era la voluntad de saber, sino la de sobrevivir, aunque aderezada con una curiosidad que lo llevaba a descubrir medios para mejorar su vida propia pero que, a la muerte del individuo, se perdían irremediablemente. Rousseau afirma que todo esto cambió cuando un hombre afirmó su derecho sobre algo, es decir, dijo que le pertenecía; y cuando otros hombres escépticos lo creyeron y lo aceptaron: nacía la propiedad privada y con esta la desigualdad social y todo lo que de esta deriva. Según Rousseau este es el mayor error del hombre, el haber dado el paso de un equilibrio natural a uno artificial, al que no sé si podré llamar equilibrio.

Desde ese momento se crearon las primeras sociedades y en ellas comenzó a acumularse el saber de los hombres. La curiosidad dejó paso al placer de saber, a la necesidad de conocer el entorno y los orígenes de los hombres. No es que la curiosidad dejase de existir, ni mucho menos, de hecho los humanos hodiernos aún somos seres curiosos, pero esta curiosidad se mantuvo a nivel individual, el saber acabó por predominar; aunque, bien mirado ¿Qué es el saber sino la suma de la curiosidad de muchos hombres?

El hecho es que el paso del hombre por este mundo ha dejado un camino marcado por el efecto de una curiosidad indomable. Este efecto se traduce en varias disciplinas que ocupan ahora el tiempo del hombre y que para llegar a un buen grado de comprensión del mundo es necesario conocerlas mínimamente. Pero por muchos aspectos positivos que haya logrado el ser humano con su curiosidad también ha dejado un rastro de muerte y destrucción, dramatismo incluido. Por poner un ejemplo, Dante, el fantástico escritor de la Comedia sobre los reinos ultraterrenos, colocó a Ulises en el infierno, siendo éste la metáfora de la Curiositas greco-latina; Ulises quiso saber más que cualquier otro mortal sobre lo que había más allá de las fronteras que Dios había dado a los hombres, quiso saltarte los límites de la mortalidad llevado por su acuciante curiosidad. Dios por supuesto no lo permitió y, siempre según Dante (recuerden que es una metáfora), hundió el barco donde viajaban Ulises y con sus marineros justo cuando estos acababan de avistar la montaña del Purgatorio.

Algo parecido ha sucedido en la historia: el hombre, llevado por su curiosidad ha descubierto y ha hecho prácticos estos descubrimientos de toda clase, incluidos aquellos bélicos. Los seres humanos solemos manipular las ideas, a las demás personas, para que los hechos nos favorezcan, supervivencia sin duda. Debido a esto ha habido tantas injusticias, tantas muertes, tantas mentiras, cuya causa ha sido el mismo ser humano.

Se puede inducir de todos estos casos particulares que la curiosidad y el saber han sido las causas preponderantes que han precipitado la situación actual. Claro ¿Pero acaso no es peor la ignorancia? En nuestra sociedad hodierna una de las consecuencias de la mala gestión del saber ha sido la ignorancia, muchos de nosotros ignoramos los aspectos fundamentales de nuestra historia, de nuestro origen ¿La curiosidad ha llevado a olvidad lo que somos? Sin duda no ha sido la curiosidad ni es saber, sino el hombre, que ha hecho mal uso de los conocimientos, siempre mirando a mejorar sus propias, y cuando digo propias entiendo solo de un individuo, condiciones de vida olvidando que vive en una sociedad y que somos un todo, no un grupo de personas individuales. Tal vez en esto radique la desigualdad que se ha establecido hoy en día: en que la sociedad parezca un bloque unido mientras que está fragmentado en pedazos, siendo cada pedazo una voluntad.

Pero volviendo al tema, la curiosidad ha llevado al hombre a descubrir métodos para mejorar sus condiciones de vida, su ambiente y todo lo que le rodea, pero también ha llevado al hombre a descubrir métodos para empeorar las condiciones de vida de los demás y para destruir el ambiente que lo rodea a su voluntad.

Sin embargo y por mucho que lo desee, debo admitir la curiosidad, el saber, como algo absolutamente necesario para el progreso, ya que en este radica la única forma de salvación para el ser humano dada la situación actual.

Aprender a ser responsable con los conocimientos, utilizarlos para mejorar el mundo que nos rodea es algo que me parece de vital importancia para el humano moderno y por eso es una de mis metas a medio y largo plazo, algo que espero cumplir para mejorar a nivel personal y por lo tanto para mejorar la sociedad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario